Que la Casa Real española tiene una 'lista negra' no tendría que sorprender a nadie. De hecho, los catalanes sabemos muy bien que significa estar en el punto de mira de la institución monárquica, como demostró el 3 de octubre de 2017. Pero gracias a la siempre bien informada Pilar Eyre, ahora sabemos otro de los nombres que completa la relación de personas 'non-grata' en Zarzuela: Se trata del arrancaesteladas, antiindepe y bocazas unionista Álvaro de Marichalar. El histriónico 'aventurero salvapatrias', actualmente surcando el mar en una moto de agua y ofreciendo numeritos de españolista radical está en la diana de Felipe VI y compañía, que ni olvidan ni perdonan lo que le hizo a la infanta Cristina en medio del huracán del caso Nóos: Pedir públicamente la renuncia de sus derechos sucesorios, exigirle disculpas y que devolviera el dinero desviado por la trama corrupta. La familia no se toca, Alvarito, "guapo".
"A mí no me gusta malmeter, pero sepa que le detestan", escribe la cronista real catalana, que hila muy fino: Le tienen en la diana "por mucho que usted haga profesiones de fe monárquica" (es decir, sus habituales shows). Eyre incluso desliza las dificultades que ha encontrado el hermano de Jaime de Marichalar para iniciar la mencionada vuelta al mundo y emular a Magallanes: "Difícil ha sido hasta encontrar patrocinadores". Imaginen el sofoco que estará sufriendo el personaje en cuestión en su soledad marítima. Él, que es más papista que el Papa. Mira que son desagradecidos.
A pesar de la distancia que interpuso a la familia real respecto de la "manzana podrida" Iñaki Urdangarín y de la Infanta Cristina, "la mujer que no se daba cuenta de lo que hacía su marido", ahora queda claro que la Corona no se anda con chiquitas. Ni siquiera con sus bufones más excitados. Buen viaje, Álvaro.