Corinna Larsen es la bestia negra de Juan Carlos de Borbón y de sus palmeros. La examante alemana lo conoce de manera muy íntima y eso la convierte en una amenaza para la figura del emérito, para la institución que representa y para la España más rancia. Desde hace un tiempo la fiesta nacional ya no es matar toros en una plaza, no: ahora es zurrarla, denigrarla como mujer, insultarla y menospreciarla. Todo por cantar las verdades del personaje, por destapar sus miserias, corruptelas y operaciones oscuras. La lista de personajes que han saltado a su yugular es extensa. Una de las últimas, Carmen Lomana. Un ejercicio patético, el suyo, siguiendo una tradición instaurada por gente como Paco Marhuenda. Sí, su jefe en 'La Razón'.
El juancarlismo vive días de zozobra desde la publicación del famoso podcast 'Corinna y el rey', elaborado por el periodista de investigación Bradley Hope, ex del Wall Street Journal. Volver a oír el historial de su ídolo amado les hace mucho daño. No pueden soportar el escarnio. Y escupen contra la mujer por la que el Borbón perdió la cabeza e incluso la corona de rey. Larsen era su acompañante en la cacería de elefantes en Botsuana que acabó en una fiesta regada con mucho vino, causa de la posterior caída de Juan Carlos y de la rotura de su cadera. A la alemana, que estuvo a dos minutos de convertirse en Corinna de Borbón, se le caen las revelaciones de las manos. Y lo que queda. De momento, 4 capítulos más de grabaciones, al margen de un proceso judicial en Londres por vigilancia ilegal, acoso y difamación. Mucha tela.
Defender a Corinna Larsen, una misión sólo para valientes
La reputación del progenitor de Felipe VI está bajo mínimos. Que sus aduladores sigan repitiendo que es el padre de la democracia y que salvó al país de un golpe de estado ya no tiene ningún efecto sobre la sociedad. Sólo provoca cierta lástima, que no compasión. Ahora bien, una cosa son los zascas y los reproches al Borbón, y otra muy diferente defender públicamente a Corinna Larsen. Son pocos los que osan hacerlo públicamente, especialmente si son personajes mediáticos o de cierta relevancia. Por eso lo que acaba de hacer el comunicador Boris Izaguirre es digno de mención y de elogio. Al venezolano no le tiemblan las piernas para aplaudir el ejercicio de sinceridad y locuacidad de la alemana. Las palabras del showman durante la entrega de los Premios Iris de la Academia de Televisión y de las Ciencias y las Artes del Audiovisual irritarán a los fans monárquicos de la vieja escuela. Seguro que sí.
Las palabras de Boris Izaguirre que irritarán a Juan Carlos y a sus defensores
Izaguirre, sin pelos en la lengua, tal y como recoge Chance: "Me encanta, soy fan. Me he enganchado muchísimo a partir del tercer episodio. Creo que Corinna es una mujer, como todas las grandes mujeres, que no sabemos entender. Lo mismo pasó con María Antonieta, que ha sido una gran mujer y que ha hecho muchísimo por Francia, pero a Corinna no sabremos nunca reconocerle el bien que ha hecho por nuestro reino. Sin decapitar a nadie, nos ha permitido conocer cómo es el rey emérito". Y tanto que sí. Añade una obviedad, pero que hay que ser valiente para decirla: "No estaban acostumbrados a recibir a ninguna persona de fuera que no pudieran controlar. Esa es la suerte que tenemos, que Corinna haya estado dentro y ahora esté dispuesta a contarnos algunas de las cosas que ha visto". Un monumento. A Boris... y a Larsen.
¿Sufrirá represalias Boris y se quedará sin trabajo en TVE? La Casa Real es famosa por levantar teléfonos y cortar cabezas de los díscolos. Lo que juega a favor de Izaguirre, sin embargo, es que Juan Carlos cada vez está más solo. Sólo molesta. Por eso está aparcado en los Emiratos.