En España se producen dos fenómenos que no dejan de sorprendernos, aunque sean sabidos. Dos características de la sociedad española, a menudo con inquietudes vasallescas rindiendo pleitesia a la mínima de cambio. Hablamos de dos rasgos distintivos relacionados a la presencia de los Borbones en Zarzuela: uno, la increíble capacidad de los palmeros de mirar hacia otro lado, ponerse de perfil, cuando alguien de la familia real protagoniza algún escándalo, especialmente económico. El ejemplo más paradigmático es Juan Carlos. Por mucho que les tome el pelo a los españoles, por mucho que se llene los bolsillos a manos llenas, en las españas todo el mundo hace como si nada, le perdonan todo, pobrecito Juancar, con lo que hizo por España en la transición y justificaciones lamentables de este estilo. El otro hecho curioso es la certeza de que España es un país de pelotas que van por la vida haciendo genuflexiones y bajando la cabeza al paso de los monarcas y que están encantados de la vida de hacerle saber a Felipe y compañía su adoración.
Sólo hay que repasar la lista de regalos anuales que reciben el rey y su familia de manos de asociaciones, organismos y otros países para tener contentos a los Borbones. Gente perdiendo el norte, por no decir otra cosa, para hacerle saber a su majestad que si algún día se queda sin ropa, ellos le pueden otorgar un traje de saliva. Todo sea para poder seguir proclamando a los cuatro vientos aquello de V.E.R.D.E.. Y cuando llega su cumpleaños, igual. Ensaimadas de metro de diámetro, cuadros esperpénticos, pongos militares, grotescas figuritas, laúdes, corbatas, monedas, copas y un largo etcétera. Por no hablar de las muestras indisimuladas de hacerle la rosca al monarca por parte de según qué políticos, especialmente, de los que pasean por Madrid. Es el caso de Isabel Díaz Ayuso.
La decisión que ahora han tomado en Madrid ha vuelto a indignar a más de uno, y con razón. Porque la Comunidad de Madrid ha encargado que se haga un busto de bronce en homenaje al rey Felipe. ¿Y cuánto costará la broma? La modélica cifra de 110.000 euros. Le han encargado al artista Víctor Ochoa, autor de la escultura que se encargó para homenajear a las víctimas de la covid después del estallido de la pandemia. Una obra polémica, porque después se supo que el escultor la había empezado tiempo atrás, antes de la pandemia, por lo tanto, de significado especial por el triste momento que vivimos, nada de nada. Ahora, la Consejería de Presidencia, Justicia e Interior, ha considerado "adecuado adquirir un busto que reconozca la labor como Jefe del Estado".
¿Cómo será la pieza? "Única, fundida en bronce y patinada, aproximadamente del doble del tamaño natural, y que se entregará sobre un basamento de aproximadamente 110 centímetros de alto, con una placa conmemorativa incrustada y grabada". Una escultura que una vez entregada, la pondrán en la Real Casa de Correos, y "debe ser realizada por un artista de reconocido prestigio que aporte al proyecto la calidad y significación que exige el mismo". De esta manera, quieren rendir homenaje a Felipe, ocho años después de su proclamación, según dicen, porque "Se ha considerado adecuada la adquisición de un busto que reconozca la labor de S.M. Felipe VI como Jefe del Estado", además de ampliar patrimonio: "Una de las formas en que tradicionalmente se ha incrementado el patrimonio artístico de la Comunidad de Madrid, a la vez que se realizaba un reconocimiento institucional a personas que prestan sus servicios al Estado español, ha sido adquirir a artistas de reconocido prestigio retratos, esculturas y bustos".... Nueva muestra grotesca de vasallismo que ha hecho estallar a la red:
Como dice un usuario, no hay ningún busto de piedra que tenga la cara más dura que los Borbones... Bueno, quizás Ayuso plantaría cara firmemente...