Hace cinco años que Felipe VI se vio en la obligación de exiliar a Juan Carlos I por sus últimas polémicas. Una de las mayores humillaciones al emérito. Por no estropear el reinado de su hijo no le quedó más remedio que aceptar esa orden. Parece que aunque ha intentado volver a su país, será algo que no se hará efectivo. El marido de la reina Sofía ya ha asumido que morirá fuera de su país y su cuerpo será repatriado, además, tampoco tendrá un funeral de Estado, y tal vez ni tan siquiera puede ser enterrado en la cripta real.
Juan Carlos I está atravesando unos meses bastante complicados porque ha recibido el peor de los diagnósticos. El emérito hace más de una década que atraviesa serios problemas de movilidad. Ha sido operado en más de una decena de ocasiones de las rodillas y la cadera, sin mucho éxito. En estos últimos años se ha sometido a tratamientos de medicina regenerativa, pero debido a su artrosis ya no surten efecto. Su pierna izquierda ha quedado prácticamente inmóvil. Los médicos le han comunicado que terminará sus días en una silla de ruedas, su peor pesadilla. Desde que recibió esta noticia ni tan siquiera sale de la habitación.
La infanta Elena viaja de urgencia a Abu Dabi
El padre de Felipe VI está muy preocupado por morir fuera de España. Ha cumplido 87 años y sabe que su final está cada vez más cerca. Se siente solo aunque cuenta con la compañía de sus inseparables amigos, que pasan más tiempo en Abu Dabi que en España como signo de fidelidad. Se trata del cabo primero Cabello y el teniente coronel Vicente García-Mochales, conocido como ‘Mochi’. Ellos están siempre a su lado, tanto en sus desplazamientos como en su residencia en Abu Dabi, brindándole seguridad y compañía. Por sus servicios, ambos reciben un salario considerable, de aproximadamente 11.000 euros mensuales.
Precisamente son estos dos hombres los que han comunicado a la infanta Elena, la que más viaja a Abu Dabi para visitar a su padre y a Froilán, que Juan Carlos I no está bien. Su estado anímico es muy malo y eso afecta también a su debilitada salud. Los amigos del emérito han comunicado que notan que también está perdiendo la cabeza. Tiene importantes olvidos, y desde lo que ha pasado con Irene de Grecia en Zarzuela, aunque no son la misma familia, hay mucho miedo.
