La infanta Sofía ya no vive aquí. La más pequeña de los Borbones se ha hecho mayor. Será la última de los ocho primos en llegar a la mayoría de edad y como acostumbra a pasar, la pequeña es la más espabilada porque crece viendo qué hacen los mayors, los imita y corre más. Sofía vio cómo Leonor se liberaba de la presión de Zarzuela los dos años que pasó interna en el UWC Atlantic del País de Gals, en la costa sur del Reino Unido. Un imponente castillo enfrente del mar que luce en las fotos que ha distribuido Zarzuela. Cuatro imágenes que podrían ser las únicas fotos de la infanta los próximos dos años. Con Leonor consiguieron que no se filtrara ninguna imagen suya dentro de esta elitista escuela liberal, famosa por permitir fiestas transgresoras entre el alumnado. Durante el primer curso de Leonor se hizo célebre una fiesta donde los chicos se vestían de chica. La opinión más reaccionaria lo calificó de 'bacanales trans LGTBI'. Nada que no hagan adolescentes de 17 años en plena ebullición hormonal.
La infanta Sofía haciendo camino a su vida de adulta, una vida que será muy diferente de la que todavía protagonizan sus dos tías. Cristina y Elena, infantas como ella, no son ejemplo de nada: clasistas, millonarias, enchufadas en el trabajo, divorciadas y alejadas de la realidad. En cambio, Sofía solo con 16 años ya parece destinada a ofrecer una imagen mucho más próxima, cálida y natural. A pesar de que en TVE cuando la entrevistaron por la Final del Mundial femenino, ofreció una imagen distorsionada, con voz nasal pija y nerviosa, Sofía transmite unos aires diferentes de la obsoleta Corona española. Buena muestra de eso es la personalidad que ha mostrado su primer día lejos de Letizia. Sofía quiso escoger personalmente, por primera vez en mucho tiempo, la ropa que quiere lucir, el importantísimo primer look con el que la verán sus futuros compañeros y compañeras. La primera impresión en el mundo adolescente es muy importante. Y más en este internado galés donde la tradición marca que los alumnos veteranos salen a recibir a los nuevos con pancartas, sonrisas y abrazos. Sofía quiere causar una buena impresión, o cuando menos, la impresión auténtica, cómo es ella en realidad.
Sofía se negó a vestir con la ropa absurda y de abuela que le selecciona Zarzuela. Acostumbrada a ir con uniforme durante toda la etapa escolar, por primera vez escogerá ella cada día cómo se viste. Y evidencia que aquellos vestidos sedosos pastel de una pieza con bailarinas que la obligan a exhibir en la Casa Real no son su estilo, no es lo que ella quiere. Sofía tiene un marcadísimo estilo personal y low cost: zapas, pantalones y no faldas, top con el ombligo al aire enseñando barriga y camisa de franela a cuadros. Un look urbano que podría escoger, por ejemplo, una jugadora del Barça. Muy alejado de Leonor. Sofía sabe lo que quiere y en Gales piensa vivir la vida. Dos años para decidir quién quiere ser en todos los aspectos, profesionales, personales y de pareja. Una decisión importantísima ya que la prensa y la opinión pública querrán saber de ella los próximos 50 años. Sofía dará grandes páginas de prensa azul el próximo medio siglo. Su camino empieza ahora. Y con buen pie: siendo ella.