No son buenos tiempos para la Familia Real británica. Además de los diagnósticos de cáncer del rey Carlos III y Kate Middleton, la monarquía se enfrenta ahora a una serie de críticas por parte del pueblo británico debido a los escandalosos gastos de los monarcas, Carlos III y Camilla Parker Bowles. Y es que, según se ha dado a conocer recientemente, la Casa Real británica recibió en el ejercicio fiscal 2023-24 un total de 86,3 millones de libras (102,6 millones de euros) de subvenciones del Estado para cubrir los gastos de los compromisos oficiales de los reyes, así como el mantenimiento de sus palacios y propiedades.

Esta "subvención soberana" que recibe el soberano británico se costea con un 15% del 'Crown Estate', los bienes patrimoniales de la Corona británica que administra el Estado desde el siglo XVIII, a cambio de dar esa millonaria cifra al monarca de turno, y que a partir del próximo año fiscal se reducirá hasta el 12%, según lo acordado por los fideicomisarios reales el pasado mes de julio de 2023.

Gastos opulentos en tiempos de crisis

Ahora bien, de acuerdo con este informe, durante el último ejercicio fiscal la mayor parte del dinero, unos 51,8 millones de libras (61,6 millones de euros) se destinó a "viajes oficiales, mantenimiento de propiedades y costes operativos" del reinado de Carlos III y Camilla Parker Bowles, mientras que los 34,5 millones de libras (41 millones de euros) restantes se destinaron al titánico Programa de Reforma del Palacio de Buckingham, que se extenderá hasta 2027 o un poco más, debido a la complejidad y la magnitud del proyecto.

Ahora bien, debido a que cada británico destina 0,77 libras (0,92 euros) de sus impuestos a la corona, que, con la adición temporal del dinero para el programa de reforma del palacio de Buckingham (hasta 2027), asciende a un total de 1,29 libras (1,53 euros), los ciudadanos han expresado su indignación debido a los enormes gastos de la monarquía en “viajes y reformas” en tiempos de austeridad. De hecho, el informe señala que “pese a los desafíos recientes de salud” que han afectado a dos de los miembros más importantes de la Corona británica, la Familia Real siguió adelante con su agenda oficial, por lo que realizaron 2.300 compromisos y visitas oficiales tanto dentro como fuera del Reino Unido. Además, recibieron a más de 105.000 invitados en un total de 400 eventos llevados a cabo en las residencias oficiales que han sido financiadas con el dinero de los contribuyentes.

Justificaciones en un contexto de descontento público

A pesar de las críticas recibidas, el tesorero del rey, Michael Stevens, aseguró en un comunicado que la cantidad percibida no se incrementó por tercer año consecutivo, "pese a los costes suplementarios incurridos por el cambio de reinado y las presiones inflacionarias de doble dígito que impactaron en los bienes y servicios de todas las organizaciones". Sin embargo, la justificación de la Casa Real sobre la necesidad de seguir adelante con sus compromisos, incluso en tiempos difíciles, es rechazada por muchos que argumentan que, mientras que los royals tienen la responsabilidad de cumplir con sus deberes, también es necesario que muestren empatía con el pueblo que les sostiene. El alto costo de la vida actual y la necesidad de austeridad han generado un ambiente de desaprobación creciente hacia la monarquía, que se siente distante de las realidades cotidianas de sus súbditos.