Carlos III de Inglaterra será el gran protagonista de la coronación del 6 de mayo en la Abadía de Westminster, pero también todos los focos apuntarán a su mujer, la reina Camilla Parker-Bowles. La madrastra de Guillermo y Enrique será la gran dama protagonista porque pasará a ser oficialmente la reina del país y no la reina consorte. Hace ocho meses era simplemente la princesa consorte y ahora será la reina a secas. Con todas las de la ley. Y lo será con una corona muy top, diferente, por supuesto, a la de su marido. Mientras Carlos lucirá la corona de San Eduardo, hecha de oro macizo y adornada con armiño y terciopelo, con 2'3 kilos de peso, Parker-Bowles se convertirá en la primera reina que reutilice una corona antigua.
Para Camilla no se ha preparado nada novedoso, por lo que se deja claro que el principal protagonista será Carlos. La ex consorte usará una corona pija, repija, la de la Reina María de Teck, bisabuela de His Majesty The King, tatarabuela de Enrique y Guillermo y trastatarabuela de Archie, Lilibet, Carlota, Luis y Jorge. Esta corona ha sido desempolvada recientemente y ya está preparada para el acto de la Abadía de Westminster, pues venía de la Torre de Londres, donde la Royal Family almacena sus joyas más preciadas. Unas joyas que llevan, en sí, más joyas incrustadas aún. Esta corona tiene miles de detalles únicos y piedras preciosas, con múltiples guiños a una persona muy querida en el palacio de Buckingham.
Y esta persona no es otra que la reina Isabel II, nieta de la antigua propietaria, de Teck, la cual usó la corona para casarse con Jorge V en el año 1911. En aquel entonces, Isabel no habría nacido aún, pero ahora se incorporarán los detalles que recuerdan a la soberana más reputada de la historia de las familias reales. A los más de 2.200 brillantes de la corona se le añadirán unos cuantos más, los diamantes Cullinan III, IV y V. Estos pertenecían a la colección personal de la difunta monarca y los usaba como broches. De esta manera, Camilla tendrá este precioso gesto con la mamá de Carlos II, la cual tuvo con ella una magnífica relación durante su reinado, llegándola a investir con la Orden de la Jarretera, una de las mayores distinciones que te puede otorgar la Royal Family.
El mayor diamante nunca visto
Las nuevas piedras preciosas de la corona de la monarca inglesa son lo más de lo más. Gustan mucho y encandilan a cualquiera, pero más a Camilla, que quiere lucir como lo que es, una auténtica reina, en esta ocasión tan especial que solo se vive una vez en la vida. El material precioso escogido, como decimos, no es otro que el Cullinan, siendo este el mayor diamante que se ha encontrado en la historia. Con un peso de 3.106 quilates, esta piedra fue encontrada por la empresa minera de un tal Cullinan en el año 1905. Años más tarde, en 1907, el Gobierno de Transvaal se la regaló a Eduardo VII como presente de cumpleaños, quien un tiempo después acabaría muriendo y dándole esta maravillosa piedra preciosa a Jorge V para que la usara su mujer en la coronación del 22 de junio de 1911. Impactante historia.