Diecinueve años han transcurrido desde que los reyes Carlos III y Camilla Parker Bowles sellaron su matrimonio, y en retrospectiva, su unión ha sido un pilar de estabilidad tanto en lo personal como en lo institucional para la Corona británica. Sin embargo, detrás de la fachada de éxito y compromiso real, acecha una sombra que aún persigue a la reina: el recuerdo eterno de Lady Di. En medio de la batalla contra el cáncer que enfrenta el rey Carlos III, la reina Camilla ha emergido como una figura crucial, desempeñando un papel activo en la monarquía en ausencia de su esposo.
Su participación en eventos simbólicos, como el Maundy Service del pasado Jueves Santo, refleja su compromiso continuo con los deberes reales, consolidando aún más su posición en ‘La Firma’. Sin embargo, su presencia no ha sido siempre bien recibida por todos los miembros de la familia real. Y es que, desde el principio, los hijos de Lady Di, Guillermo y Harry, encontraron difícil aceptar el papel de su madrastra en la familia real. En momentos de vulnerabilidad, como la pérdida de su madre, la sombra de Camilla se cernía sobre ellos, llevándolos a expresar abiertamente su descontento.
El príncipe Harry levanta la voz: acusaciones contra Camilla
Uno de los momentos más controvertidos surgió cuando el príncipe Harry culpó a Camilla por la tragedia de Lady Di. Según fuentes cercanas al Palacio, el duque de Sussex expresó que, de no ser por la presencia de Camilla en la vida de su padre, su madre nunca habría encontrado consuelo en los brazos de Dodi Al-Fayed, el hombre que compartió su destino en el fatídico accidente automovilístico. Este punto de vista fue respaldado por Guillermo en aquel momento, quien también sugirió que Camilla y Carlos empujaron a Diana hacia la relación con los Al-Fayed. Además, se insinuó una sombra de envidia por parte del príncipe Carlos, quien veía cómo la atención del público se desviaba hacia la princesa en lugar de hacia él. Esta narrativa, combinada con la percepción pública de Camilla como la tercera en discordia en la relación de sus padres, ha arrojado una luz conflictiva sobre la esfera real británica.
El intrigante juego de Camilla: ¿manipulando desde las sombras?
Recordemos que el hijo mayor de Isabel II sostuvo una relación extramatrimonial durante gran parte de su vida junto a Lady Di, y con el tiempo, esta infidelidad se convirtió en un secreto a voces en los corredores del Palacio. A pesar de que Carlos III consideraba la posibilidad de separarse de su esposa, su posición como heredero al trono británico lo paralizó, lo que lo llevó a mantener sus encuentros íntimos con Camilla Parker Bowles en la clandestinidad. El príncipe Harry estaba plenamente consciente de esta situación y no titubeó en confrontar a su padre, señalándolo a él y a su amante como los responsables del profundo sufrimiento que Lady Di experimentó en sus últimos días.
Ante la persistente animosidad de Harry hacia ella, Camila Parker Bowles ha optado por una estrategia de distanciamiento. En lugar de buscar una reconciliación con su hijastro, la actual reina de Inglaterra se ha dedicado a sembrar la discordia entre él y la Familia Real, asegurando así su propia posición en el Palacio. La situación actual de Harry en Estados Unidos, lejos del escrutinio de la monarquía británica, se alinea perfectamente con los intereses de Camilla, quien prefiere mantenerlo alejado del poder y la influencia que ahora ella disfruta.