A principios de año, la casa real británica revelaba una noticia triste e impactante a través de un comunicado: Carlos III padece cáncer. Se anunció que estaría apartado durante un tiempo de la vida pública, recibiendo el tratamiento necesario para acabar con la enfermedad. Sin embargo, ahora es Camilla Parker Bowles la que debe informar a los hijos de que el diagnóstico es más complicado de lo que parece. 

Fue en febrero cuando el rey recibió el diagnóstico de que padecía una forma no revelada de cáncer, posteriormente a su cirugía de próstata. Y es desde entonces que permanece en un firme tratamiento, aunque desde hace algunos meses volvió a ejercer sus funciones normales. Pero en Reino Unido el verdadero estado de salud del monarca es un tabú, incluso dentro de su familia. Es por ello que Camilla Parker Bowles está tan afectada. 

La confesión de su enfermedad fue del todo inusual, sin especificar de qué se trata exactamente, con lo que ha querido disimular su lucha contra este padecimiento hasta ahora. Se trata de una enfermedad muy seria, más de lo que querrían hacerle creer a las audiencias y a la ciudadanía. El silencio del palacio ofrece mayor claridad que las palabras propiamente dichas, como se ha podido comprobar a través de todas estas décadas de reinado de los Windsor. 

De hecho, The Daily Beast había informado de que hay preparativos para el funeral del hijo de la Reina Isabel II. La operación “Menai Bridge”, que tiene como objetivo actualizar su última voluntad y especificar cada aspecto de su despedida. Existe gran preocupación por su salud y su mujer no escapa de esa angustia, de tener que revelar la situación real a sus hijos y ya la está afectando a ella misma. 

Camilla Parker Bowles, superada por el cáncer de Carlos III

Camilla está mal anímicamente, un hecho que no ha podido esconder en estas últimas semanas. Se habla de una dolencia física de la que no se termina de recuperar, pero debe ser de las primeras y únicas veces que los gestos la delatan. Las sonrisas, el saludo y las demás cortesías que ofrecen los miembros de la realeza, una serie de protocolos que la Reina no está cumpliendo. La angustia y la distancia que presenta en sus apariciones públicas hablan de un malestar tan profundo, que se trata de la batalla de su marido contra el cáncer. 

El Daily Mail, citando a unas fuentes del palacio, decía que la monarca tiene “las reservas de energía mermadas”. Durante semanas se ha dicho que tiene una infección en el pecho, lo que la obligó a estar de baja varios días. Pero su regreso ha sido más taciturno y desanimado de lo esperado. Inclusive, otro informante reveló a la BBC que se especula sobre la posibilidad de mantenerla al margen mientras recobra la compostura. ¿Por qué la enfermedad de Carlos III merma la estabilidad emocional de Camilla Parker Bowles? ¿Y por qué intentan actuar con normalidad? ¿Qué ocurre realmente? Solo recordemos el lema de los Windsor: “ser visto para ser creído”.