En 2020, Meghan Markle y el príncipe Harry tomaron la decisión de renunciar a sus responsabilidades con la Corona británica debido al acoso de la prensa y los constantes conflictos internos con los demás miembros de la Familia Real. Sin embargo, para la ex actriz de ‘Suits’ aquella decisión no fue el final de su nueva vocación, sino el comienzo de lo que podría ser su incursión en la política de su propio país. De hecho, todo parece indicar que la duquesa de Sussex invirtió 100.000 dólares para poder entablar relaciones públicas con los organismos gubernamentales de Estados Unidos. Con este nuevo movimiento, la esposa del príncipe Harry pretende desmentir a Camilla Parker-Bowles, una de sus principales enemigas dentro del Palacio, quien ha afirmado que ella vive una vida llena de lujos gracias a la fortuna personal de Harry.
Hace tan solo unos días salió a la luz la noticia de que los duques de Sussex, a través de su fundación Archewell, habían realizado un importante pago a una persona que estuvo ligada a la presidencia de los Estados Unidos. Se trata de Katie McCormick-Lelyveld, quien se desempeñó como jefa de prensa de Michelle Obama, ex primera dama de EE.UU. Esta información se dio a conocer el pasado mes de marzo, cuando se revelaron los documentos de los pagos realizados por la fundación Archewell durante el 2021.
Algunos medios especializados han analizado dichos documentos y han encontrado que los duques de Sussex pagaron 198.000 euros a Invisible Hand, una empresa especializada en los servicios de relaciones públicas y en el análisis del impacto social y cultural de diversas organizaciones a nivel mundial. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue el pago de unos 101.500 euros a la compañía KMLSA, una reconocida agencia de prensa y relaciones públicas, dirigida por Katie McCormick-Lelyveld, y cuya sede principal está ubicada en San Diego, California. McCormick-Lelyveld fue secretaria de prensa de Michelle Obama desde 2007 hasta 2011. Además, también trabajó para la ex candidata a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, y para John Kerry, antiguo secretario de Estado durante el segundo mandato de Barack Obama. En los documentos presentados por Archewell se puede evidenciar que los pagos a Invisible Hand y a KMLSA se realizaron para compensar “su apoyo estratégico para las relaciones públicas y el impacto social” de Meghan y Harry. No obstante, los expertos han señalado que la contratación de la empresa de McCormick-Lelyveld solo tiene fines políticos.
Meghan Markle podría romper el protocolo real al incursionar en la política estadounidense
Como es bien sabido, Carlos III no puede interceder en la política del Reino Unido ni apoyar a un partido político en específico, dado que su posición como jefe de Estado debe ser totalmente neutral para seguir defendiendo las bases de ‘la Firma’. Por esta razón, Carlos III y Camilla Parker-Bowles estarían en total desacuerdo ante las pretensiones de Meghan Markle, quien aún usa su título de duquesa de Sussex, de ejercer un cargo público en Estados Unidos, dado que tendría que posicionarse a favor de un partido político determinado.