Irene Urdangarin, la hija menor de la infanta Cristina, lleva años siendo una figura que preocupa a la familia real. La separación de sus padres marcó un punto de inflexión en su vida. Desde entonces, ha atravesado episodios de inestabilidad emocional, reflejados tanto en su actitud como en su rendimiento escolar. Aunque con dificultades, logró completar el bachillerato internacional. Pero no consiguió ingresar en la EHL Hospitality Business School de Lausanne, una de las universidades más prestigiosas de Europa, lo que supuso un duro revés personal. No superó las pruebas de acceso.
Tras este fracaso, Irene se instaló en Zarzuela, donde vivió un tiempo junto a su abuela, la reina Sofía. Durante ese año sabático, lo único reseñable fue un voluntariado en Camboya, que acabó pareciendo más una escapada vacacional que una verdadera experiencia transformadora. Pero la convivencia en palacio no fue sencilla. Las tensiones familiares se acumularon y, tras varios desacuerdos, se le pidió que abandonara la residencia. Los reyes Felipe VI y Letizia le pidieron que pusiera firme a su hija, deslizándole que llevaba demasiado tiempoo en palacio.

Irene Urdangarin vuelve a intentarlo en Oxford
En su intento por reencauzar su vida, Irene se trasladó a Londres para estudiar organización de eventos en la Universidad de Oxford. Sin embargo, la motivación parece brillar por su ausencia. La joven ha vuelto a los comportamientos que tantos dolores de cabeza causaron en el pasado: frecuentes ausencias a clase, falta de puntualidad, y una vida social centrada en fiestas más que en estudios. Las especulaciones sobre que podría abandonar la carrera han ido en aumento.

Nuevo dolor de cabeza para la reina Letizia
Más aun después de lo ocurrido en los últimos días. Varias fuentes han confirmado que se han visto camiones de mudanza por Zarzuela, y los rumores apuntan a que llevan cosas de Irene para que, cuando termine este curso en Oxford, vuelva a vivir en Zarzuela. Lo peor podría estar por venir.
Se desconoce si Irene tiene previsto retomar los estudios después del verano o volverá a cambiar de rumbo. Pero de lo que no hay duda es que, de ser cierto, se le viene un nuevo dolor de cabeza a la reina Letizia, harta de ver como los sobrinos Urdangarin y Marichalar se siguen paseando por Zarzuela a su antojo.