La chapuza del desfile militar del 12-O es de aquellas que hacen historia: un paracaidista del ejército español se ha estampado contra una farola mientras llevaba una bandera española gigante. Algunos lo verán como una metáfora de la situación política en España. Otros simplemente como la ocasión perfecta para partirse de risa. Y el rey Felipe VI como un ridículo más de sus fuerzas armadas.
En el momento del impacto, los asistentes al desfile militar han reaccionado con un grito de espanto. Pero cuando han visto que el paracaidista se encontraba perfectamente, todos lo han empezado a aplaudir como muestra de apoyo. Bueno, todo el mundo no. El rey Felipe VI ha hecho gala de su empatía poniendo la mejor cara de asco que conoce. Y no se ha planteado ni empezar a aplaudir al soldado hasta que no lo han hecho la reina Letizia y sus propias hijas. Pocos segundos, eso sí. Mientras todo el mundo continuaba de pie aplaudiendo, el rey de España ha bajado los brazos y se ha puesto a mirar al suelo.
No es la primera vez que Felipe VI reacciona de esta manera cuando el ejército español la pifia. ¿Quién no recuerda la cara del Borbón, haciendo que no con la cabeza, por una 'rojigualda' mal desplegada este verano en Sevilla? Las imágenes se volvieron virales.
Era difícil que el desfile del día de la Hispanidad saliera peor. Pero esta vez (y para no repetir el 'show' de este verano), al acabar, Felipe se ha acercado al soldado para saludarlo. Quizás recuerda las críticas por su arrogancia en Sevilla y ha aprendido la lección. Como si fuera el undécimo mandamiento: "No mirarás mal a tus súbditos".