En la Familia Real conviven en realidad dos familias, los Borbones y su familia política. A la hora de la verdad, los de sangre azul actúan como un clan y eliminan cualquier estorbo, se llame Marichalar, Urdangarin, Grecia u Ortiz Rocasolano. Letizia ya fue utilizada por Zarzuela cuando era princesa para desviar la atención de los escándalos de Juan Carlos. No es fácil emparentar con los Borbones. Quien mejor lo ha explicado es el primo de Letizia, David Rocasolano en su imprescindible libro Adiós princesa. Revela que una de las causas del suicidio de Érika, la hermana de Letizia, fue ingresar en la Familia Real: "Esta es la historia del choque de un gran expreso, los Borbones, contra una modesta caravana de gitanos, los Ortiz-Rocasolano. Nos han arrollado y ni siquiera se han preocupado de mirar hacia atrás. Érika está muerta y los demás nos hemos quedado solos y mutilados".
La matriarca, Paloma Rocasolano, aparenta ser la abuela buena de Leonor y Sofía. Lo tiene fácil: la otra abuela, la reina emérita, no habla español, vive en un mundo paralelo con la "tía Pecu", su peculiar hermana Irene de Grecia, y se niega a divorciarse de Juan Carlos para mantener el estatus. En cambio, Paloma Rocasolano ha sido trabajadora, enfermera, sindicalista y una mujer libre: cuando quiso se divorció del padre de Letizia. Vive en la realidad, pero la madre de Letizia también tiene mala leche. La acaba de mostrar a una pobre trabajadora, el último mono de una agencia de noticias, la que hace guardia de noche para conseguir unas declaraciones de la abuela sobre el ingreso en el Ejército de su nieta Leonor. Paloma Rocasolano hace lo mismo que se criticó de Victoria Federica Borbón: mostrarse huraña, antipática y absurdamente muda con la redactora. Vídeo:
#VÍDEO | Paloma Rocasolano guarda silencio cuando le preguntan por el futuro de la Princesa Leonor https://t.co/QhpWSh9VfZ pic.twitter.com/gmM7QUBScy
— CHANCE (@CHANCE_es) Augusto 17, 2023
Paloma Rocasolano llega a su casa cargando bolsas de El Corte Inglés, notablemente bronceada. Hace vida de jubilada y tiene novio. La prensa la respeta siempre, no la persiguen como a Piqué y Clara Chía. Por un día que le preguntan una tontería que se puede responder como lo hace Pablo Urdangarin, con educación y sin revelar ningún secreto familiar, hace un triste papel y encima grabado. Ofrece una pésima imagen de VIP venido a más y malhumorado con la prensa. Paloma ha resultado ser como Letizia, que tiene fama de arisca, y como su hermana Telma, que llegó a denunciar a 50 revistas y diarios, cincuenta, por asediarla con preguntas e informaciones. Perdió la demanda. La familia política de los Borbones está amargada. Sufre el mismo mal que los royals, pérdida de privacidad y que la prensa hable de ellos continuamente, pero en cambio no disfrutan de los privilegios vitalicios de los Borbones. Emparentar con la Familia Real, excepto para Sofía de Grecia, es un mal negocio.