El actor Mario Casas es el hombre de moda. Bueno, lleva años que lo es. Pero ahora está en uno de aquellos momentos donde todo el mundo habla de él. Hace años que está en todas las salsas, pero su reciente Goya al mejor actor lo ha vuelto a disparar. Después de No matarás, el gallego con raíces en Barcelona vuelve a protagonizar una serie de éxito, El inocente en Netflix, mientras pregona a los cuatro vientos su amor por el lugar que lo acogió desde que tenía cuatro años hasta que fue mayor de edad.

Mario Casas / @mario_houses

Vuelve a menudo a Catalunya y se quiere a Barcelona: "Tiene un aura especial. Es una ciudad que se fotografía muy bien por su luz y el mar, es muy cosmopolita y universal", decía en una entrevista reciente en El periódico. Pero no sólo quiere a la ciudad y al país. También su lengua: "Me encantaría hacer una película en catalán. Cuando lo hablo me cambia la voz". Muchos vecinos del Eixample Esquerra todavía recuerdan alguna vez que se lo han encontrado por el barrio. Y ahora, quien ha coincidido con él en un encuentro fortuito ha sido un familiar de los reyes. La sobrina de la reina Letizia, Carla Vigo, ha coincidido con Casas y se ha deshecho en elogios.

Carla Vigo / @carla.intense

No sólo no ha desperdiciado el momento para abrazar a su ídolo y hacerse una foto, sino que le ha declarado su amor eterno, un halago con los correspondientes corazones y con un guiño a uno de los hits del pasado del actor que hizo que su cara estuviera en muchas carpetas de adolescentes: su papel en la película Tres metros sobre el cielo:

Vigo y Casas han coincidido en la calle y la foto que ha publicado la hija de Erika Órtiz al lado del intérprete ha generado una avalancha de comentarios de este estilo: "Madre mía", "Muero de envidia", Cuánto poderío".

Mientras Letizia fue con la familia a la ópera este domingo, su sobrina oía a los ángeles tocando trompetas sin necesidad de ver a nadie cantando. Sólo tuvo que encontrarse con Mario Casas.