La vida de Carla Vigo, sobrina de la reina Letizia, parece estar atravesando uno de sus momentos más oscuros. Desde muy joven, Carla ha lidiado con la pérdida de su madre, Érika Ortiz, quien falleció cuando ella era apenas una niña. A raíz de este trágico evento, su familia, especialmente sus abuelos Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano, han estado a su lado, intentando brindarle apoyo tanto emocional como económico. Incluso su tía Letizia, aunque mantiene cierta distancia pública, le ha enviado dinero regularmente para ayudarla, según fuentes cercanas. Sin embargo, esta red de apoyo no ha sido suficiente para evitar la preocupante espiral en la que Carla se encuentra.
En los últimos meses, la situación de Carla ha empeorado notablemente. Tras conocer a su actual pareja, un futbolista catalán que no cuenta con la aprobación de su familia, la joven ha tomado decisiones que han alejado a quienes más la querían. Según afirman sus allegados, Carla no parece darse cuenta del impacto negativo que esta relación está teniendo en su vida. Muchas de sus amistades han desaparecido, y la joven ha regresado a un piso tutelado en el que ya vivió en el pasado. Este alojamiento, que cuesta 1.500 euros al mes, no es sostenible para ella, especialmente considerando que su orfandad de 400 euros desaparecerá al cumplir los 25 años.
Carla Vigo se rodea de malas compañías
La inestabilidad de Carla no solo es emocional, sino también laboral. La sobrina de la reina Letizia ha rechazado proyectos que podrían haberle ofrecido un respiro profesional. Christina Rapado, quien intentó ayudarla a hacerse un hueco en el mundo del espectáculo, lamenta las malas decisiones de Carla.
Según Rapado, la joven ha rechazado oportunidades importantes, como participar en el cortometraje "Sole", y su círculo de amistades habría sido determinante para que tomara estas decisiones. “Carla es una chica maravillosa, pero está rodeada de personas que no le hacen bien. Intenté ayudarla, pero me vi obligada a distanciarme”, señaló Rapado.
La familia interviene, pero sin éxito
Las señales de alarma en el comportamiento de Carla Vigo no han pasado desapercibidas. Según Pilar Yuste, que coincidió con ella en un evento, la joven exhibió un comportamiento preocupante: se bebió diez cervezas en minutos, fue al baño repetidas veces y no podía mantenerse en pie. Más tarde, durante una cena, hizo comentarios inapropiados, preguntando si el restaurante tenía "sustancias ilegales de postre". Este tipo de actitudes han generado inquietud entre sus familiares, especialmente en su abuelo, Jesús Ortiz, quien habría intentado tener una conversación seria con ella. Sin embargo, Carla no parece dispuesta a escuchar consejos.
A pesar de la preocupación de su entorno, la sobrina de Letizia sigue en una trayectoria que alarma a quienes la conocen. Las malas compañías y su falta de estabilidad parecen ser los principales obstáculos para que Carla recupere el rumbo. Aunque muchos, como Christina Rapado, aún guardan esperanza de que pueda enderezar su vida, el panorama actual es oscuro, y el apoyo familiar parece no ser suficiente para ayudarla a salir de este difícil momento.