Carlos III, enfrascado en una disputa fraternal, se encuentra enfrentando un problema inesperado en una de las propiedades de la Corona británica. La mansión Royal Lodge, una espléndida residencia que durante décadas albergó a la Reina Madre y que ha estado en manos de los Windsor desde hace generaciones, está en manos de dos 'okupas' de renombre: el príncipe Andrés y su ex esposa, Sarah Ferguson. Esta situación ha desatado una acelerada carrera de desahucios que amenaza con generar una gran tensión entre el nuevo monarca y el duque de York.

El soberano británico está decidido a que su hermano, envuelto en un grave escándalo debido a su conexión con el magnate Jeffrey Epstein, fallecido líder de una red de trata de menores, abandone la lujosa residencia que comparte con su ex mujer, Sarah Ferguson. Sin embargo, el príncipe Andrés ha hecho caso omiso a las múltiples peticiones de desalojo de esta mansión de 30 habitaciones, valorada en 35 millones de euros.

El duque de York rechaza la propuesta de Frogmore Cottage

Royal Lodge se encuentra ubicada en Windsor Great Park, un extenso terreno de casi 2.000 hectáreas al sur de la ciudad de Windsor. Durante dos décadas, esta mansión ha sido el hogar del duque de York, quien firmó un contrato de arrendamiento a largo plazo, por lo que se niega rotundamente a abandonarla, a pesar de que actualmente no cuenta con los recursos económicos necesarios para su mantenimiento, esto se debe a que Carlos III le ha retirado la asignación anual, ya que ya no es un miembro activo de 'La Firma'. EI rey ha sugerido que su hermano menor se mude a Frogmore Cottage, el lugar que actualmente sigue siendo la residencia de los duques de Sussex en el Reino Unido, y donde incluso el príncipe Harry se hospedó durante su reciente estancia en Londres. Sin embargo, Andrés ha rechazado firmemente esta propuesta.

"El príncipe tiene programadas reparaciones en el tejado para finales de este verano, las cuales durarán varios meses en completarse. Se le ha aconsejado que permanecer en la casa durante estas renovaciones podría resultar problemático", revela una fuente cercana al príncipe citada por el 'Daily Mail'. Aun así, el temor a un desahucio permanente ha llevado al príncipe a resistirse obstinadamente a hacer sus maletas.

Complicaciones legales en el desahucio del príncipe Andrés

La batalla entre el rey y el duque de York por el control de la Royal Lodge lleva meses en curso, agravada por informes que indican que el mantenimiento de la propiedad se ha vuelto insostenible. Incluso se ha especulado que Carlos III podría verse obligado a cortar los servicios básicos, como el agua y el gas, si el duque de York continúa negándose a abandonar la residencia a pesar de las reiteradas solicitudes. No obstante, la duración del contrato de arrendamiento y el hecho de que esté a nombre del duque de York podrían presentar complicaciones al intentar trasladar al príncipe Andrés a otra residencia, según informa también el 'Mail'. "Este es un contrato de arrendamiento entre él y el Estado de la Corona. No es asunto del Rey. Es un asunto del ministro de Hacienda. La única forma de lograr que se mude sería mediante un acuerdo: él tendría que aceptarlo", publicó el citado medio.