Hace poco más de un año, Carlos III ascendió al trono británico tras el fallecimiento de su madre, la reina Isabel II. Sin embargo, su legado como nuevo monarca no solo incluye compromisos políticos, sino también una impresionante cartera inmobiliaria valorada en 25.000 millones de dólares, según datos de 'Forbes’. Pero entre todas sus propiedades, una destaca por encima de las demás, una casa que guarda secretos de un amor prohibido.

Esta propiedad especial es 'Highgrove House', una residencia privada que el príncipe Carlos adquirió en 1980 a través del ducado de Cornualles. Su valor actual asciende a 39 millones de dólares, pero su importancia radica en los recuerdos que alberga. Fue aquí donde Carlos III mantuvo encuentros secretos con Camilla Parker Bowles, incluso mientras aún estaba casado con Lady Di.

Highgrove House se ha convertido en un lugar lleno de significado para Carlos III, pues fue testigo de momentos cruciales de su vida, desde los primeros años de su matrimonio con la princesa Diana hasta sus citas clandestinas con Camilla. A lo largo de los años, el rey ha llevado a cabo diversas modificaciones en la propiedad, convirtiéndola en un espacio sostenible y respetuoso con el medio ambiente, entre otras mejoras.

Historia y significado de Highgrove House

El diseño arquitectónico de Highgrove House se inspira en la estética del siglo XVIII. Construida entre 1796 y 1798, se atribuye su diseño al arquitecto Anthony Keck. A pesar de presentar un estilo neoclásico georgiano, la propiedad experimentó remodelaciones importantes bajo la propiedad de Carlos III. Se incorporaron estructuras adicionales, como pabellones de diseño tipo colmena y un corral de carne diseñado por Willie Bertram, construido con la característica piedra de Cotswold.

La decoración interior de las habitaciones fue supervisada por Dudley Poplak después de la boda del entonces príncipe de Gales y Lady Di en 1981. Las habitaciones se destacaban por utilizar una paleta de colores frescos y limpios, incluyendo tonos como el aguamarina, y se experimentaba con texturas interesantes. Sin embargo, tras la marcha de Lady Di de Highgrove, el artista Robert Kemit realizó cambios significativos en la decoración.

Jardines de Highgrove: un paraíso sostenible

Otro elemento que se ha destacado en esta casa, que en su momento fue el escenario de un sinfín de apasionados encuentros entre Carlos y Camilla, a espaldas de la princesa Diana y Andrew Parker Bowles, son sus exuberantes jardines. Se conoce que el rey Carlos III es un apasionado de la naturaleza, por lo que diseñó un jardín silvestre, un jardín formal y un huerto amurallado en Highgrove. Además, plantó numerosos árboles y trabajó en colaboración con expertos para desarrollar un sistema que garantizara la sostenibilidad de los jardines y huertos, contribuyendo así a su autoabastecimiento.

La pasión del rey por la naturaleza es evidente en cada rincón de Highgrove, un lugar cargado de historia y secretos. Esta casa, con su rica historia arquitectónica y sus magníficos jardines, ha sido un refugio para Carlos III, donde los recuerdos de sus momentos más íntimos con Camilla Parker Bowles siguen vivos, lo que la convierte en un lugar especial en su corazón y en su patrimonio real.