El mes de mayo ha sido un auténtico torbellino de emociones para el recién coronado rey Carlos III de Inglaterra, quien celebró el pasado 6 de mayo su ceremonia de coronación en la Abadía de Westminster, en Londres. Tras este fastuoso evento, el nuevo monarca británico ha decidido tomarse unos días de descanso en un destino inusual y, por qué no decirlo, tenebroso: la Transilvania rural. Así lo ha revelado el ‘Daily Mail’ en exclusiva.

En esta ocasión, el rey Carlos III viajará sin la compañía de su esposa, la reina Camilla, quien ha optado por quedarse en su mansión en Wiltshire. Mientras tanto, Carlos III se sumergirá en una antigua mansión campestre en Zalanpatak, situada cerca de las montañas de los Cárpatos, una propiedad que fue adquirida con la ayuda de su amigo y terrateniente local, el conde Kalnoky. Este lugar, envuelto en la leyenda del conde Drácula, se ha convertido en uno de los favoritos del primogénito de Isabel II, quien, de manera curiosa, resulta ser un descendiente lejano de Vlad 'el Empalador', el siniestro personaje histórico que inspiró el mito del vampiro más famoso de todos los tiempos.

Zalanpatak: el escondite rural de Carlos III en Transilvania

El modesto refugio rumano de Carlos III, ubicado entre colinas y prados en el pintoresco valle de Zalan, está rodeado de los más hermosos y biodiversos prados de flores silvestres de toda la región. Algo que le resulta realmente fascinante al rey británico, quien nunca ha escondido su pasión por la naturaleza y la ecología. Las colinas que rodean la propiedad alberga lobos y osos, mientras que los bosques despliegan el esplendor de la orquídea más rara y espectacular de Europa, conocida como la zapatilla de dama. De hecho, en esta comarca, los granjeros todavía trabajan la tierra con caballos, carretas, azadones y guadañas, preservando así un estilo de vida que parece haberse detenido en el tiempo. No resulta menos sorprendente descubrir que el auténtico Conde Drácula, ese personaje ficticio de Bram Stoker que se inspiró en el sanguinario Vlad Tepes, está directamente relacionado con el propio rey Carlos III, dado que es, ni más ni menos, el tataranieto decimosexto eliminado de Vlad 'el Empalador'.

Torturas y tradiciones: el pasado oscuro que une al rey Carlos III y al conde Drácula

Vlad Tepes, gobernante del Principado de Valaquia en el siglo XV, que posteriormente se convertiría en Transilvania, alcanzó gran notoriedad en su tiempo debido a sus horrorosos métodos de tortura que pasaron a la historia, siendo el más destacado el empalamiento de sus enemigos en estacas de madera. Estas "costumbres" tan atroces le han valido la eterna asociación con el personaje de 'Drácula', un vampiro con insaciable sed de sangre.

Según Romania Tour Store, el rey Carlos III guarda parentesco con Vlad Tepes a través de la reina María de Teck, quien fue consorte del rey Jorge V y descendiente directa de la dinastía Tepes. El monarca británico ha visitado Transilvania en varias ocasiones y, a diferencia de lo que se pueda llegar a creer, sí se enorgullece de su conexión con este despiadado ‘lord’ de la guerra.