El Reino Unido se prepara para lo peor: un nuevo funeral real solo tres años después de enterrar a Elisabet II. El cáncer de Carlos III avanza sin que los médicos puedan pararlo y cada día reduce más su presencia en actos oficiales. Tiene prohibido salir del país, cosa que dificulta su papel como símbolo del Commonwealth, los Estados que todavía dependen de la Corona británica. Es inviable un viaje transoceánico de Carlos en Australia o en cualquier país africano. El más próximo ha sido la visita a Auschwitz para recordar el exterminio nazi con todos los reyes europeos. No podrá viajar más. La prensa oficialista gira la mirada a su hijo mayor, el príncipe de Gales, pero el rumor en Inglaterra es que Guillermo no tiene el mínimo interés en heredar la Corona con la mujer enferma y el miedo de quedar como un rey ridículo ante la imagen potentísima y demasiado reciente de Elisabet II. William calculaba que su padre estaría como mínimo una o dos décadas reinando y que eso permitiría olvidar a Elisabet pero el maldito cáncer acelera el relevo y el rumor ya es certeza: Guillermo no se siente preparado.
La especulación en el Reino Unido es que una muerte prematura de Carlos III irá acompañada de una renuncia al cargo de Guillem, alegando la mala salud de Kate Middleton y que tiene tres hijos pequeños que lo necesitan, que no se ve con fuerzas y que su hermano ha sido educado como él para ser el futuro rey de Inglaterra. Eso haría que en las casas de apuestas británicas suba con fuerza la opción a Harry. El príncipe Harry es el máximo candidato a ser el próximo rey de Inglaterra. Todos los caminos llevan a ello. Exiliado en los EE.UU. con su mujer actriz y sus dos hijos, ahora mismo parece la mejor opción para acabar con este caos a la familia real. A Guillem le está quedando cara de Carlos III, el efímero. Todas las miradas se giran hacia el carismático Harry, el único que ha demostrado personalidad, iniciativa y empoderamiento. Por eso todos los reyes tienen como mínimo dos hijos. El suplente existe únicamente para casos como este. No hay ningún país más monárquico que Inglaterra y allí están dispuestos a tragarse el sapo de la renuncia a cambio de no tener de rey a un pusilánime William. Harry tiene más ambición y eso es un punto positivo para ser el gran monarca europeo: el rey de Inglaterra.
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