La salud del rey Carlos III de Inglaterra continúa en un declive preocupante. Durante los últimos meses, su deterioro ha sido tan rápido que ha encendido las alarmas en la familia real y en el pueblo británico. Cada día surgen nuevas especulaciones sobre su estado, y la incertidumbre sobre el tiempo que le queda de vida se ha vuelto un tema recurrente en los medios de comunicación.

Aunque el Palacio de Buckingham ha intentado mantener en privado los detalles de su enfermedad, diversas fuentes han revelado que su condición es similar a la que sufrió su madre, la reina Isabel II, quien falleció en 2022. Se habla de un posible cáncer de médula ósea, una enfermedad rara y extremadamente dolorosa, que afecta de manera severa la movilidad y la calidad de vida del paciente.

Aumentan los rumores de que Carlos III sufre el mismo cáncer que Isabel II

Las memorias de Boris Johnson, ex primer ministro y allegado al duque de Edimburgo, revelaron que la reina Isabel soportó dos años de agonía debido a esta misma enfermedad. En sus últimos días, apenas podía sostener una taza de y su dolor en la zona pélvica le impedía estar en una misma posición por más de dos minutos.

Carlos III / GTRES

Si es un cáncer como el de su madre no ha sido confirmado. Lo que sí apuntan medios británicos es que el sufrimiento de Carlos III aumenta cada día que pasa. Los dolores van a más y cada vez le cuesta más llevar a cabo las tareas diarias, incluso sus cuidados personales. Las consecuencias de la enfermedad se ven reflejadas en su movilidad cada vez más limitada o su aspecto físico. Incluso ha tenido que tomar medidas para sus necesidades básicas como son ir al baño, asearse o cambiarse de ropa.

Necesita ayuda para todo

Su movilidad se ha reducido drásticamente y sus dolores han llegado a niveles insoportables Su dependencia de otros ha aumentado, y las medidas para atender sus necesidades más básicas han tenido que intensificarse. Mientras que los médicos se han visto obligados a administrarle tratamientos más agresivos.

Este deterioro ha generado gran preocupación entre los expertos en la realeza británica, quienes consideran que su tiempo se acorta rápidamente. De hecho, algunos médicos estiman que Carlos III podría no superar el próximo año. Ante este escenario, la casa real británica ya ha empezado a preparar los protocolos habituales ante el inevitable final, cada vez más cercano.