La monarquía británica se encuentra en un momento clave de su historia. La salud de Carlos III ha ido deteriorándose de manera acelerada. Y los últimos informes médicos no son en absoluto alentadores. El monarca, que hace menos de un año fue diagnosticado con un cáncer de colon, ha enfrentado tratamientos intensivos sin obtener los resultados esperados. Su enfermedad no muestra signos de mejora. El cáncer no remite. Y los especialistas advierten que su esperanza de vida podría no ir más allá de un año.
Ante este panorama, una posibilidad que hasta hace poco parecía lejana ha comenzado a ganar fuerza: Carlos III podría abdicar en favor de su hijo, el príncipe Guillermo. La idea de que un monarca ceda el trono antes de su fallecimiento no es común en la realeza británica. No lo hizo Isabel II, a pesar de padecer un cáncer muy doloroso. Pero el grave estado de salud del rey lo está llevando a considerar lo que podría ser la decisión más difícil de su vida.
Carlos III, cara a cara con la decisión más complicada
Según fuentes cercanas al Palacio de Buckingham, la rutina de Carlos III ha cambiado notablemente en los últimos tiempos. Sus apariciones públicas se han reducido al mínimo, y las pocas veces que se le ha visto en actos oficiales, su aspecto ha preocupado a los británicos. Su debilidad es evidente, y sus allegados han revelado que los mareos y desmayos son cada vez más frecuentes. Tiene un equipo médico pendiente de él las 24 horas del día. El monarca ya no puede llevar el peso de sus responsabilidades como antes. Y mientras tanto, Guillermo de Gales ha ido asumiendo un rol más activo dentro de la monarquía.
Para muchos, esta transición en las funciones reales es una señal clara de que lo inevitable se acerca. Y de que el Reino Unido debe prepararse para un cambio en el trono. En este escenario, aunque a Carlos III no le haga gracia la idea, algunos asesores de la corona creen que el rey actual debe priorizar el futuro de la institución sobre su deseo personal de seguir reinando. Dejar paso a Guillermo en un momento en el que la monarquía necesita estabilidad podría ser la mejor decisión.
Discrepancias en el palacio de Buckingham
La posibilidad de que Guillermo de Gales sea proclamado rey en 2026 cobra más fuerza cada día en el entorno de la Casa Real británica. De hecho, su papel dentro de la familia Windsor se ha vuelto cada vez más protagonista. Y Kate Middleton, su esposa, a pesar de haber estado luchando también contra un cáncer, ha asumido nuevas responsabilidades a medida que se ha ido recuperando, consolidándose como una figura clave en la próxima etapa de la monarquía.
Como era de esperar, este dilema ha causado controversias en palacio. Algunos consideran que Carlos III debe y merece reinar hasta sus últimos días. Al fin y al cabo, ha esperado muchos años para asumir la corona. Otros, en cambio, opinan que la incertidumbre sobre el estado del rey hace necesario asegurar el futuro de la corona con Guillermo como nuevo monarca.