La Corona británica se enfrenta a un momento crítico. La salud de Carlos III se ha deteriorado notablemente en los últimos meses, y los informes médicos son cada vez más desalentadores. A pesar de haber seguido rigurosos tratamientos contra el cáncer de colon diagnosticado hace menos de un año, la enfermedad no muestra signos de mejora. Los especialistas han advertido que su esperanza de vida es muy limitada, estimando que no superará el año.
Esta situación ya es conocida en su entorno más cercano, donde la familia real y su equipo más leal se preparan para afrontar un desenlace inevitable. La noticia, además, ha comenzado a extenderse entre otras monarquías europeas, incluidas la española, que sigue con atención cada actualización sobre la evolución del monarca británico.
Juan Carlos I recibe de primera mano las peores noticias de Carlos III
Recientemente, Juan Carlos I se desplazó desde Abu Dabi a Londres para mantener un encuentro privado con Carlos III. En una reunión celebrada en un exclusivo club de la capital británica, el rey británico compartió con su primo lejano la impactante verdad: sus médicos no le dan más de un año de vida. Tras la conversación, el rey emérito español transmitió la noticia a Zarzuela, donde ya han comenzado a diseñar la respuesta institucional ante el futuro fallecimiento del monarca inglés.
En este sentido, está previsto que la Casa Real Española tenga una participación destacada en los actos de despedida y homenaje cuando llegue el momento. Desde la Zarzuela, ya se preparan las muestras de apoyo a la familia británica, así como la presencia institucional en los funerales de Estado.
La familia real británica se prepara para lo peor
Mientras tanto, en Windsor, se estudian los próximos pasos a seguir. Una de las posibilidades es que Carlos III abdique en favor de su hijo, el príncipe Guillermo, para garantizar una transición ordenada. Sin embargo, este movimiento no tiene precedentes recientes en la historia de la monarquía británica. Ni siquiera Isabel II, quien padeció una enfermedad terminal, consideró renunciar al trono. Por ello, es poco probable que Carlos III, tras décadas esperando su momento, decida apartarse voluntariamente.
A pesar de ello, la progresión de su enfermedad podría obligarle a delegar cada vez más funciones en su heredero. Con el paso del tiempo, Guillermo irá asumiendo un papel más relevante dentro de la Casa Real Británica, preparando el terreno para su futura coronación.