El estado de salud del rey Carlos III, de 76 años, ha vuelto a ser tema de conversación y preocupación en los medios internacionales. Desde que se conociera públicamente su diagnóstico de cáncer a principios de 2024, las alarmas no han dejado de sonar. Ahora, nuevas revelaciones apuntan a que el monarca está atravesando un deterioro físico severo, al punto de necesitar maquillaje diario para ocultar los devastadores efectos de la enfermedad en su rostro.

En una reciente emisión de ‘TardeAR’, la periodista Pilar Eyre arrojó luz sobre la gravedad de la situación, asegurando que Carlos III no solo se encuentra visiblemente cansado, sino que además su estado es mucho más delicado de lo que el Palacio de Buckingham ha querido admitir públicamente. Según Eyre, el monarca insiste en seguir cumpliendo con sus compromisos oficiales, incluso desafiando las recomendaciones de sus médicos, lo que ha provocado un notable desgaste en su apariencia.

Los estragos visibles del cáncer en el rostro del rey

Aunque el Palacio ha intentado mantener una imagen de normalidad, las apariciones públicas del rey Carlos III han revelado señales evidentes de deterioro físico. Según Eyre, el monarca se presenta con los ojos enrojecidos, un rostro visiblemente fatigado y una piel que ha perdido su vitalidad. Para contrarrestar estas señales, el equipo del rey recurre a una capa de maquillaje estratégico antes de cada compromiso oficial, buscando disimular el impacto del tratamiento contra el cáncer.

“Lo sabe todo el mundo y toda la prensa en Inglaterra, pero no lo dicen”, comentó Pilar Eyre en el programa. Además, señaló que el rey ha llegado a aparecer en eventos importantes desafiando su delicado estado de salud, como su reciente visita a un acto conmemorativo en Auschwitz, a pesar de las advertencias médicas. Este gesto de esfuerzo constante recuerda al de su madre, la reina Isabel II, quien cumplió con su deber hasta el último día, incluso en medio de un devastador cáncer de médula ósea.

El sentido del deber frente a la gravedad de su salud

La lucha de Carlos III no es solo médica, sino también emocional. Según Eyre, el monarca está empeñado en mantener su puesto al frente de la monarquía británica, una corona que esperó durante toda su vida. Sin embargo, esta obstinación por cumplir con su deber está pasándole factura, tanto física como públicamente. Los rumores sobre su salud se intensificaron tras varias apariciones en las que fue evidente su fragilidad.

Ana Rosa Quintana, presente en el programa, enfatizó: “Este hombre que había estado toda la vida esperando a llegar al trono y cuando ha llegado ha empezado a estar enfermo”. Por su parte, Pilar Eyre añadió que la situación recuerda a la reina Isabel II, quien también ocultó los peores momentos de su enfermedad para seguir cumpliendo con sus obligaciones. El periodista Luis Pliego, quien participó en la conversación, incluso mencionó la teoría de la “maldición de Diana”, en referencia a la trágica historia que rodea al monarca desde su primer matrimonio con la princesa de Gales. El delicado estado de salud del rey Carlos III plantea serias interrogantes sobre el futuro de la monarquía británica. Mientras el monarca se esfuerza por mantener una imagen fuerte y comprometida, los efectos del cáncer y sus tratamientos continúan dejando huella en su rostro y su cuerpo.