El rey Carlos III atraviesa un momento crítico. Su delicado estado de salud, que el Palacio de Buckingham ha intentado manejar con discreción, se ha convertido en una preocupación para la familia real británica. Los médicos han sido claros: el monarca podría tener menos de un año de vida. Ante esta situación, el príncipe Guillermo ha decidido tomar la iniciativa y ha contactado a su hermano Harry con un mensaje contundente: su padre quiere verlo antes de que sea demasiado tarde.
Desde hace años, la relación entre Carlos III y su hijo menor ha estado llena de tensiones. Desde que Harry y Meghan Markle se alejaron de la monarquía en 2020, las diferencias se han profundizado, con declaraciones polémicas, entrevistas reveladoras y la publicación de su libro "Spare". Sin embargo, la enfermedad del rey ha cambiado las prioridades de su primogénito, quien considera que este es el momento de intentar sanar las heridas del pasado.
Carlos III quiere reconciliarse con su hijo Harry
A pesar de los esfuerzos de Guillermo, convencer a Harry no es sencillo. Desde su residencia en California, el duque de Sussex mantiene una postura distante y desconfía de cualquier intento de acercamiento. Para él, la posibilidad de que este reencuentro sea utilizado con fines estratégicos sigue siendo un obstáculo. Sin embargo, fuentes cercanas aseguran que, aunque con cautela, estaría considerando la posibilidad de volver al Reino Unido.
Por su parte, Carlos III, consciente de su frágil salud, estaría dispuesto a dejar atrás los conflictos familiares en favor de un reencuentro con su hijo menor. Más allá del aspecto personal, este gesto también podría fortalecer la imagen de la monarquía, que atraviesa momentos difíciles. En un tiempo donde la estabilidad de la Corona se pone en duda, mostrar unidad sería clave.
Aún no hay una decisión definitiva, pero el tiempo juega en contra. Harry se enfrenta a un dilema: mantenerse firme en su distanciamiento o concederle a su padre la posibilidad de despedirse. El futuro de la relación entre ellos sigue siendo incierto, pero una cosa es segura: el deseo de Carlos III es ver a su hijo antes de que sea demasiado tarde.