Por Navidad la familia real británica desfila por el campo, en los terrenos de Sandringham con los reyes Carles y Camil·la y sus sucesores en la Corona: el resto de parientes. Esta Navidad falta uno, Harry, el máximo candidato a suceder Carlos III que está muy deteriorado de salud y ya sabe que su hijo mayor Guillermo no tiene nada de interés al ser rey. Han aparecido sonrientes para evitar especulaciones, pero la salud del padre y la mujer del futurible rey William abren paso a su renuncia y que el grande ausente, Harry, que vive en los EE.UU., sea el futuro rey.
Carlos III ha envejecido tan rápidamente que Juan Carlos de 86 parece mejor de forma, porque no sufre cáncer. Al ser un cargo vitalicio los problemas de salud devoran al jefe del Estado, que se resiste a abdicar. Elisabet II siempre se negó y fue reina hasta los 96 años. El anterior papa Benedicto XVI lo dejó en vida. Carlos III tiene cáncer y el príncipe William tiene una esposa con cáncer. Guillem no tiene ninguna ambición para ser el futuro rey de Inglaterra. El trauma de la muerte repentina de Lady Di lo persigue tanto como el recuerdo de Elisabet II, insuperable. Carlos III ha sido un mal marido, un mal padre, un mal príncipe y ahora un mal rey. Todo hace que el príncipe de Gales no quiera ser rey: tendría que haber dado ya un paso en el frente para sustituir al padre con cáncer, la madrastra Camil·la con neumonía y la futura reina Kate Middleton con cáncer, pero William está desaparecido. Es el único miembro sano de la línea recta sucesoria y no ejerce. Todos miran al príncipe Harry, el sustituto.
A pesar de no estar ni por Navidad, el príncipe Harry es el máximo candidato a ser el próximo rey de Inglaterra. Todos los caminos llevan a ello. Exiliado en los EE.UU. con su mujer actriz y sus dos hijos, ahora mismo parece la mejor opción para acabar con este caos a la familia real. Las últimas apariciones de Carlos III han sido catalogadas de patéticas por el maquillaje que quiere disimular los efectos el cáncer en su piel, su papel cada día más difundido y la mala salud que arrastra. Palabra dura: un rey patético.
Según Lecturas: "En ese esfuerzo sobrehumano que está realizando para representar dignamente la institución, Carlos no se ve apoyado por su hijo. Lo cierto es que parece que a Guillermo no le atraiga ser el futuro rey. Varias veces ha manifestado que su familia está ante todo y en las ceremonias oficiales se le ve incómodo, con expresión torturada y profundamente triste. El único miembro carismático está expulsado de la familia y vive en América y ahora solo quedan para sostener el tinglado dos reyes viejos y achacosos, una princesa heredera gravemente enferma y un heredero con el alma quebrantada".
Guillermo se parece demasiado a Carlos III por pusilánime. Todas las miradas se giran hacia el carismático Harry, lo único que ha demostrado carácter, iniciativa y valerse para él solo. Por eso a los reyes se les obliga a como mínimo tener dos hijos. Harry es el suplente que todos miran como más firme futuro rey. Las casas de apuestas británicas ya lo consideran más que viable.