Carlos III ha recuperado su agenda tras el impacto del cáncer. No es una actividad como la que se supone a todo un rey de Inglaterra, pero va sumando actos. Acabamos de verlo engalanado en la catedral de San Pablo de Londres, escenario hace pocos días del estado de pánico del hijo díscolo Enrique de Sussex, presidiendo un oficio religioso para la Orden del Imperio. Junto a la reina Camila, ambos con vestuario ceremonial basado en una larguísima capa roja, entraban con rostro no demasiado alegre, grises, demostrando pocas alegrías. Su momento vital y familiar no es el mejor, pero siempre le quedaba el calor de un pueblo conmovido por su situación personal. Las voces antimonárquicas y republicanas habían quedado ensordecidas, y todo eran cumplidos y buenas palabras para el monarca. Sin embargo, el panorama está cambiando. Y todo por un cuadro.

Hablamos del primer retrato oficial de King Charles III desde que asumiera el trono heredado de su difunta madre, la eterna Isabel II. Un trabajo encargado en el año 2020, con motivo del 50.º aniversario como príncipe de Gales, al artista Jonathan Yeo. Un retratista contemporáneo que saltó a la fama porun trabajo no autorizado sobre George Bush a partir de recortes de revistas pornográficas. Aquello provocó un estallido, con VIPS haciendo cola para tener su propio Yeo: Kevin Spacey, Dennis Hopper, Cara Delevingne, e incluso la Familia Real inglesa. La mujer de Carlos, Camila, en 2014, y el marido de Isabel  II, Felipe, en 2018. La pandemia, primero, y el deceso real de la soberana, después, retrasaron la entrega del trabajo. Ahora es una realidad: esta.

 

La primera impresión es evidente: impacta. Por técnica, texturas, pero sobre todo por el color. El rojo intenso, manchado con diferentes tonalidades, ocupa todos los sentidos del espectador. Carlos III luce el uniforme de la Guardia Galesa, de la que fue nombrado coronel en el año 1975. El artista dice que "este retrato ha evolucionado a medida que el papel del sujeto en la vida pública se ha ido transformando. Hago todo lo posible por capturar las experiencias de vida y la humanidad grabadas en la cara de cualquier individual". Sobre uno de sus hombros, una mariposa. Un símbolo: Yeo pretende reflejar la "metamorfosis" del príncipe de Gales en rey. Durante la presentación, el monarca bromeó diciendo que era agradable saber que había sido un capullo. Humor internacional. No son chistes, sin embargo, las reacciones al cuadro. La gente se ha alterado, y de qué manera.

Jonathan Yeo / Instagram

Las críticas son despiadadas, pocos elogian el trabajo. Ni siquiera lo entienden, cosa habitual en cuestiones de arte contemporáneo. "Irás al infierno", "tiene las manos manchadas de sangre" "baño de sangre","el peor retrato real que he visto nunca","da miedo", "tiene que ser satírico", "seguro que no es su fan"... Implacables. Los retratos los carga el diablo. Vete a saber si es por eso que Felipe y Letizia no acaban de presentarnos el que ha realizado Annie Leibovitz, la foto más lenta de la historia. Pifiarla parece fácil.

Carlos III y Camila en la catedral de San Pablo de Londres / GTRES