En el intrincado escenario de la realeza británica, una nueva e inesperada alianza parece estar tomando forma. Thomas Markle, el padre de Meghan, duquesa de Sussex, ha expresado su deseo de establecer un diálogo con el rey Carlos III, sugiriendo una afinidad basada en experiencias compartidas de distanciamiento familiar. Este giro en los acontecimientos arroja luz sobre las complejas dinámicas que rodean a la Familia Real y los Sussex, revelando las profundas grietas que han surgido desde que Harry y Meghan decidieron apartarse de sus deberes reales hace cuatro años.
En una reciente entrevista concedida al ‘MailOnline’, Thomas Markle, ex director de iluminación y suegro del príncipe Harry, ha vuelto a captar la atención mediática con declaraciones que resuenan con dolor y frustración. A pesar de los ruegos previos de su hija para que se abstuviera de hablar con la prensa, Markle ha decidido compartir sus pensamientos sobre la situación actual entre su hija y la Familia Real británica, expresando su deseo de comunicarse con el rey Carlos III.
Thomas Markle rompe el silencio
"Me encantaría hablar con él (Carlos III) porque estoy seguro de que tiene tantas preguntas sin respuesta como yo. Ninguno de los dos merece el trato que hemos recibido ", afirma Markle, sugiriendo una similitud en sus circunstancias como abuelo de Archie y Lilibet. “Él está en tratamiento contra el cáncer y yo no estoy en mi mejor momento. No tengo miedo a morir. Es lo que hay. Tengo tantas preguntas que me gustaría hacer a Meghan y Harry. La principal, por qué me han tratado tan mal no solo a mí, sino a la familia real y al rey”.
Tradiciones perdidas y lazos familiares rotos
Esta declaración no solo revela el anhelo personal de Markle por reconectar con su familia, sino que también arroja luz sobre las posibles preocupaciones del monarca británico respecto a su relación con sus nietos más jóvenes. Y es que, el reciente Trooping the Colour, una celebración real de larga tradición, ha servido como doloroso recordatorio para Thomas Markle de lo que sus nietos están perdiendo. La ausencia de Archie y Lilibet en este evento emblemático simboliza, para Markle, una ruptura más profunda con las tradiciones británicas.
"Me entristece que Lilibet y Archie no tengan la oportunidad de conocer a sus primos y participar en eventos como el Trooping the Colour", que es su derecho de nacimiento”, lamenta Thomas. Y agregó: “Están llegando a una edad en la que empiezan a hacer preguntas, como todos los niños. En algún momento es inevitable que pregunten a sus padres por qué los han aislado de ambos lados de la familia. Tienen dos abuelos que quieren verlos, uno de los cuales es el rey de Inglaterra".
La situación actual plantea interrogantes sobre cómo Archie y Lilibet, a medida que crezcan, percibirán y comprenderán su herencia real y las decisiones que han moldeado sus primeros años. En vísperas de su 80 cumpleaños, Thomas Markle reflexiona sobre una realidad que nunca imaginó: encontrarse en una situación similar a la del rey de Inglaterra, ambos anhelando una conexión con sus nietos. Esta inesperada alineación de circunstancias subraya la naturaleza universal de los conflictos familiares, trascendiendo las barreras de la clase y el estatus.