Carlota Casiragui es, a mucha distancia, la royal más interesante, fotogénica e intelectual de toda Europa. Es mucho decir pero no tiene rival. En España un artículo del especialista en imagen Patrícia Centeno en El Periódico hunde a Victoria Federica para no llegar ni a la suela del zapato de la grandiosa hija de Carolina de Mónaco: "Al acabar de ver el podcast de Victoria, me sumergí en los encuentros literarios feministas de Carlota Casiraghi, imagen de la firma francesa Chanel. Pero la nieta de Grace Kelly propuso una colaboración distinta y el resultado fue un club de lectura (...) la sencillez, el glamour, el entretenimiento y la intelectualidad combinan de maravilla. Licenciada en Filosofía en la Sorbona y hablando cuatro lenguas con fluidez (francés, inglés, italiano y alemán) sostiene que “con un libro nunca te sentirás sola”, define la libertad “como toda capacidad crítica” y te hace una lista de lecturas imprescindibles". Mientras Letizia es la señora operada que habla impostada gesticulando demasiado, Carlota es la número 1.

Carlota a los 37 años, GTRES

El único handicap de Carlota que su Casa Real es de cartón piedra, un pequeño principado que en realidad es un refugio de fortunas en la costa francesa. Pero en medio de tanta vulgaridad con nuevos ricos y yates horteras, emerge la princesa más guapa del planeta: Carlota de Mónaco, a los 37 años es la mejor. Acaba de dejarse fotografiar con el mayor de sus dos hijos Raphael, y a los 10 años son dos gotas de agua. El niño es una monada a bordo de un coche de Fórmula 1:

Carlota con su hijo Raphael, GTRES

Hay que recordar que la hija de Carolina tiene dos criaturas. Su hijo Raphaël Elmaleh, nacido de su matrimonio con Gad Elmaleh, es clavado a su madre, el color de la piel, el pelo, los ojos. una preciosidad. Desde que salieran a la luz las fotografías que confirman su relación con el escritor Nicolás Mathieu después de semanas de rumores de crisis en el matrimonio con Dimitri Rasam, la hija de la princesa Carolina ha sido vista en más de un acto o acontecimiento familiar en Mónaco, ahora con su hijo mayor, de diez años. Después de mucho tiempo en que sus apariciones públicas llegaban con cuentagotas, madre e hijo –el otro niño Balthazar, con cinco años, todavía es muy pequeño– podrían estar cambiando la dinámica, para satisfacción de revistas como Hola. Ha crecido y los sudas ojos azules siguen guiando Europa.

Carlota y Raphael en el aeropuerto hace unos años, GTRES

La suerte de los lectores de prensa rosa es que los hijos de princesas no hace falta pixelarlos cuando son menores de edad. Es una norma que sirve para España, donde hemos conocido toda la descendencia de Felipe Elena y Cristina cuando eran adolescentes y también en Mónaco, donde a pesar de ser una pseudo-monarquía que nadie valora, son guapos, ricos y frívolos hasta aburrir. La excepción es Carlota. Mónaco sí que tiene reina: la reina Carlota.