La Salle des Étoiles del Sporting de Montecarlo ya está a punto para celebrar una nueva edición del tradicional Baile de la Rosa de Mónaco. El acontecimiento más top, junto con la Gala de la Cruz Roja, y que cuenta con organización directa royal: Carolina de Mónaco, la hermana del príncipe Alberto II. La lista de invitados es de primera categoría, también en el apartado de extravagancias: el año pasado, por ejemplo, con la presencia de Isabel Pantoja. Un pez fuera del agua, pero que tuvo la foto que buscaba. Este año habrá otra representante española: Ágatha Ruiz de la Prada. La diseñadora, acompañada de su novio, podrá compartir sus problemas con la justicia por la famosa piscina de Mallorca. Eso, claro, siempre que alguien le preste atención. Porque parece que todo el mundo estará pendiente de otra invitada: no, no es Charlene, famosa por saltarse la cita. Es Carlota Casiraghi, hija de Carolina.
Carlota, de 37 años, es la soltera de oro, brillantes y todo tipo de pedruscos de la juerga. Acaba de separarse de su marido, el productor de cine Dimitri Rassam, padre de uno de sus 2 hijos. Una noticia que cogió todo el mundo a contrapié: los rumores de separación en Mónaco parecían reservados para los sospechosos habituales, Alberto y Charlene. La relación matrimonial hacía aguas desde hace tiempo por falta de implicación, con algunos reproches públicos que han acabado por sellar el fin de la historia. El golpe fue un nuevo disgusto para Carolina, la madre de la princesa. Uno más, después de los desafíos de Estefanía, su hermana, aliándose con la detestada cuñada Charlene.
La situación sentimental de la hija de Stefano Casiraghi, sin embargo, ha vuelto a sufrir modificaciones de relevancia. Parece que su corazón vuelve a estar ocupado. No ha perdido el tiempo, tampoco sus pretendientes. Concretamente uno, Nicolas Mathieu, escritor de éxito, padre separado, guapo y de 45 años. Es el hombre que ha acabado con las aspiraciones de sus numerosos rivales, pero queda el paso definitivo: presentarse en sociedad. Que lo hicieran en el Bal de la Rose sería, directamente, una fantasía. Y viendo cómo está el panorama royal últimamente, más parecido a historias de terror que a cuentos de hadas, se agradecería un pequeño esfuerzo.
El misterio y la expectación por saber si Carlota irá acompañada de Nicolas y acaban cerrando, literalmente, 'el garito' como ya hizo la princesa el año pasado, es máxima. Aquella escena en la pista de baile, cantando y bailando el tema 'Paper Plane' de M.I.A., como si fuera el cierre del Sónar, fue impagable. Ahora queremos una segunda parte, más romántica. Está en sus manos. Nicolas, ahora o nunca. Que están formando cola.