Cuando murió Carmen Franco en diciembre del 2017, la familia se apresuró a repartirse una herencia multimillonaria que incluía un montón de propiedades inmobiliarias, grandes cantidades de dinero, múltiples obras de arte de valor incalculable... y un título nobiliario, el del ducado de Franco, que creó Juan Carlos I para homenajear al dictador cuando murió y que ahora reclamaba su nieta, Carmen Martínez-Bordiú.
Las intenciones de la familia Franco causaron una fuerte polémica y el PSOE aseguró que lo detendría. Pero nada más lejos de la realidad: el día anterior a la moción de censura contra Mariano Rajoy en 2018, el PP inició los trámites para hacer duquesa a Carmen Martínez-Bordiú y el BOE hizo oficial el nombramiento cuando Pedro Sánchez ya era presidente del Gobierno.
Pero para que Carmen Martínez-Bordiú obtuviera su título nobiliario todavía faltaba un paso: la firma de Felipe VI, previo pago de un impuesto de 2.750 euros. Y según indica hoy el digital 'El Confidencial', eso ya ha ocurrido. Justo después de las elecciones generales del 28-A, el rey de España cumplió el deseo de la familia del dictador y estampó su firma sobre la carta de sucesión del indigno ducado de Franco.
Han pasado más de 40 años desde la muerte del asesino Franco pero todo continúa "atado y bien atado".