La realeza siempre ha sido un tema de interés para el mundo, y ninguna familia real está exenta de controversia. En esta ocasión, la atención se centra en la familia Grimaldi de Mónaco, específicamente en la princesa Carolina y su tercer hijo, Pierre Casiraghi, a quien la prensa monegasca ha apodado como el 'príncipe de las fiestas'. Y es que detrás de la fachada de la alta sociedad y la elegancia monegasca, se esconde un problema que Carolina ha estado silenciando durante años: los problemas de drogas de su hijo.

Pierre Casiraghi, el hijo menor de Carolina de Mónaco y Stéfano Casiraghi, pasó años viviendo a la sombra de su hermano Andrea, quien fue considerado uno de los solteros más codiciados de toda Europa antes de su matrimonio con Tatiana Santo Domingo hace exactamente una década. Sin embargo, la historia de Pierre toma un giro inesperado cuando su vida universitaria lo llevó a dejar atrás la discreción y convertirse en el epicentro de la atención mediática, todo gracias a sus desenfrenadas fiestas junto a su inseparable amigo Stavros Niarchos III, heredero de una fortuna griega y conocido por sus escándalos.

El 'príncipe de las fiestas': excesos y escándalos

Desde ese momento, la vida del hermano de Carlota Casiraghi se convirtió en una aventura llena de excesos y controversias, dado que, cuando cumplió 20 años, se convirtió en una presencia constante en las fiestas más exclusivas y desenfrenadas del mundo, mereciendo así el título de 'príncipe de las fiestas'. Su vida descontrolada incluía el abuso de alcohol y sustancias, lo que lo llevó a protagonizar incidentes escandalosos.

A los 25 años, el sobrino del príncipe Alberto de Mónaco vivía una vida sin restricciones, en la que las drogas y el alcohol tenían un papel protagónico en sus noches de fiesta. En 2012, se vio envuelto en un violento altercado en una discoteca en Nueva York que lo llevó al hospital. El incidente tuvo lugar en el club Double Seven de Manhattan, donde el príncipe se encontraba junto a un grupo de millonarios ebrios, incluyendo a Stavros Niarchos III, Vladimir Restoin Roitfeld y Diego Marroquinla.

Del club a la sala de urgencias

Según informes del 'New York Post', tras horas de ingesta de alcohol, Pierre se enfrascó en una pelea a golpes con el empresario Adam Hock por una botella de vodka de 500 euros y la compañía de varias modelos que acompañaban al empresario en la mesa VIP. La pelea dejó a Pierre Casiraghi en el hospital con múltiples golpes en la cara y la mandíbula fracturada. Testigos presenciales describieron cómo el príncipe salió despedido por los aires y aterrizó sobre una mesa del local.

Este incidente puso de manifiesto la peligrosa vida nocturna de Pierre Casiraghi y sus problemas con el alcohol y las drogas. A pesar de que la familia real monegasca ha mantenido en secreto estos problemas durante años, los medios y el público comienzan a cuestionar si Carolina de Mónaco podrá controlar las tendencias excesivas y peligrosas de su hijo, quien parece estar atrapado en una espiral de autodestrucción que no da señales de detenerse.