Carolina de Mónaco, la princesa que ha sido catalogada como la "mano negra" en la vida de la princesa Charlene, parece estar enfocada en ‘destronar’ a su cuñada del lugar que le corresponde en el Palacio Grimaldi. Desde hace tiempo, la hermana mayor del príncipe Alberto, respaldada por la princesa Estefanía, ha sido un gran apoyo para el soberano durante la ausencia de la exnadadora olímpica debido a problemas de salud. Sin embargo, ahora que Charlene se ha instalado nuevamente en Mónaco y ha retomado su agenda oficial con relativa normalidad, el protagonismo de Carolina y Estefanía se ha visto relegado a un segundo plano, como era de esperarse.
La lucha por el protagonismo en el Palacio Grimaldi
Aunque las oportunidades de coincidir entre las hermanas del soberano y la princesa son escasas, en las últimas semanas estos encuentros se han multiplicado. La celebración del centenario del príncipe Rainiero ha sido el motivo principal de estas reuniones familiares. Estos eventos han dejado imágenes inusuales de la reunión entre la esposa del príncipe Alberto y las hermanas del soberano, aunque cada una en su propio ámbito y sin apenas cruzar palabra. A pesar de que el foco de atención debía estar en el legado del príncipe Rainiero, todas las miradas se han dirigido, en igual medida, hacia la princesa Charlene y la princesa de Hannover. Y es que, aunque Carolina ya no ostenta el título de ‘primera dama honoraria’ del Principado, su relevancia y protagonismo continúan siendo indiscutibles.
Duelos de estilo: Carolina vs Charlene
En los últimos años, tanto Charlene como Carolina han protagonizado interesantes duelos de estilo, donde la princesa Estefanía ha quedado en segundo plano, principalmente debido a su perfil más discreto y menos expuesto en comparación con su hermana mayor. Sin embargo, en cada uno de estos encuentros, la primogénita de Rainiero y Grace Kelly de ha salido victoriosa. No solo por su innata elegancia, que siempre ha acaparado titulares gracias a su estilo y distinción, sino también por su habilidad para rendir homenaje al Principado a través de sus atuendos. En este aspecto, Carolina de Mónaco no tiene rival y su estrategia recuerda, en cierta medida, a otras royals como Kate Middleton o la reina Letizia.
De hecho, hace tan solo unos días, la Familia Real monegasca hizo acto de presencia en la celebración del Festival Grimaldi Historic Sites of Monaco, una cita en la que once pueblos resaltaron sus vínculos con el Principado de Mónaco. En la inauguración, estuvieron presentes el príncipe Alberto, Charlene, sus hijos menores, Jacques y Gabriella, y las princesas Carolina y Estefanía de Mónaco. Como era de esperarse, todas las miradas se centraron en Carolina y en Charlene, quienes han protagonizado una intensa rivalidad desde hace más de una década. Y aunque el estilismo de la sudafricana, firmado por Ralph Lauren, fue elogiado por los críticos de moda, lo cierto es que Carolina se robó todas las miradas con su vestido de Melissa Obadash inspirado en la cerámica típica de Amalfi y con los colores de la bandera de Mónaco. Así que, a través de su elegancia, lealtad al Principado y capacidad para llamar la atención en cada encuentro, Carolina de Mónaco se posiciona como una figura que no se dejará eclipsar fácilmente por Charlene.