Carolina de Mónaco experimentó una profunda consternación al enterarse de la separación de su hija, Carlota Casiraghi, y su yerno, Dimitri Rassam. Esta decepción se fundamenta en la sólida amistad de larga data entre Carolina y Carole Bouquet, madre de Dimitri, una relación forjada en los círculos más selectos, incluido el mundo de la moda bajo la influencia de Karl Lagerfeld. A pesar de las vicisitudes matrimoniales de sus hijos, la conexión entre Carolina, Dimitri y Carole ha persistido. En contraste, la relación de Carolina de Mónaco con el novio de su otra hija, Alexandra de Hannover, no es tan cercana como quisiera. A pesar de que llevan siete años juntos, Carolina no ha logrado desarrollar una confianza plena hacia él.

La menor de los hijos de Carolina de Mónaco, fruto de su matrimonio con Ernesto de Hannover, siempre ha mantenido un perfil discreto en comparación con sus hermanos Casiraghi. Sin embargo, recientemente, parece que esta dinámica está evolucionando. Alexandra ha dado un paso significativo al abrir su cuenta de Instagram al público, marcando su intención de salir de su zona de confort y compartir más aspectos de su vida con el mundo. Ahora, en una reciente entrevista con una firma de moda, Alexandra reveló detalles íntimos sobre sus gustos personales y su vida privada. Aunque la entrevista fue breve, fue lo suficientemente reveladora como para mostrar una faceta más accesible y personal de la joven princesa.

Entre las revelaciones más destacadas se encuentra su estrecho vínculo con su mascota, un pequeño perro teckel al que ha dado el elegante nombre de Eloise Von Lexington. Además, las publicaciones de Alexandra en sus redes sociales muestran su relación cercana con Ben-Sylvester Strautmann, su pareja desde hace siete años. Strautmann, conocido por su atractivo físico, considerable estatura y fortuna, aparece frecuentemente en las fotos compartidas por la princesa, evidenciando la solidez de su relación.

Las reservas de Carolina de Mónaco sobre la vida de su yerno, Ben-Sylvester Strautmann

Ben-Sylvester Strautmann, de ascendencia alemana y con padres que trabajaban en el sector bancario, experimentó una infancia de cambios al mudarse a Mónaco a la edad de diez años. Durante su juventud, destacó en el baloncesto antes de descubrir su verdadera pasión por la música. De manera curiosa, en 2012, fue su futura suegra, la princesa Carolina, la que le otorgó una medalla, sin sospechar que acabaría formando parte de la familia real. En la actualidad, Ben-Sylvester se desempeña como DJ en los clubes nocturnos más exclusivos de la Costa Azul, una carrera que, según informes, ha generado cierta incomodidad en Carolina de Mónaco, quien observa con desconfianza la animada vida nocturna del joven.

Presencia sutil en la alta sociedad: Alexandra y Ben-Sylvester en los eventos monegascos más destacados

A pesar de las reservas de Carolina de Mónaco, quien probablemente preferiría ver a su hija con un aristócrata de estilo de vida más convencional, Alexandra y Ben-Sylvester han logrado mantener una relación estable y discreta. La pareja ha evitado protagonizar escándalos mediáticos, optando por una presencia sutil en el circuito social monegasco. Se les puede ver ocasionalmente en eventos emblemáticos como el Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco o el prestigioso Baile de la Rosa, donde se mezclan con la élite del principado sin llamar excesivamente la atención.