El mundo de la realeza no siempre es un cuento de hadas, y las tensiones en el seno de la familia Grimaldi han sido objeto de intensos rumores. La relación entre la princesa Carolina y su cuñada, la princesa Charlene, parece estar marcada por una frialdad palpable y se murmura que detrás de puertas cerradas, la situación es aún más tensa de lo que parece. El año 2021 fue un período difícil para la princesa Charlene, que se vio limitada por una infección de oído en Sudáfrica, impidiéndole regresar a Mónaco. Durante su ausencia, la princesa Carolina tomó las riendas de las responsabilidades reales, sin embargo, los rumores sobre las tensiones entre las cuñadas se intensificaron. Los gestos tensos y las interacciones limitadas en eventos públicos han alimentado las especulaciones sobre una relación gélida.
Hace solamente seis meses, los medios franceses informaron sobre un nuevo distanciamiento entre las cuñadas. En junio, durante una visita oficial conjunta a una exposición sobre naturaleza a la que asistieron los príncipes Jacques y Gabriella con su madre, se percibió un ambiente muy tenso entre Charlene, Carolina y Estefanía. Según la publicación belga ‘7sur7’, se habría notado que Charlene no intercambió palabra ni mirada con las otras dos princesas durante el evento.
Entre el glamour y la rivalidad: la feroz dinámica en Mónaco
Este conflicto entre ellas parece haber persistido desde la llegada de Charlène a Mónaco, tal como recordó recientemente la revista ‘Gala’. Según se comentó, Charlène Wittstock expresó a un amigo su agotamiento frente a los rumores malintencionados del Principado, llegando a referirse a Mónaco como “un nido de tiburones y víboras”. De hecho, la ex nadadora olímpica ha tenido que enfrentarse a una serie de desafíos para ser aceptada por la sociedad monegasca y la familia principesca. A pesar de una relación más llevadera con Estefanía, la relación con Carolina ha sido especialmente complicada. La princesa de Hannover, acostumbrada a ser la figura principal, no habría encontrado en Charlène la confianza ni la desenvoltura necesaria para su posición. Esto habría llevado a Carolina a manifestar abiertamente su descontento ante lo que considera errores protocolares y una aparente falta de adaptación por parte de la princesa consorte.
Tras bambalinas: conflictos sin resolver y motes despiadados
A pesar de los intentos por ocultar su antipatía mutua a lo largo de los años, parece que no han logrado disimularla. De hecho, se especula que tras los muros del Palacio Grimaldi, la princesa Carolina se refiere a la esposa de su hermano con un mote cruel y despectivo. Al parecer, la llaman 'La Zombie' debido a su supuesto consumo excesivo de somníferos. Según la revista 'Here', la princesa Charlene estaría tomando una mezcla de "Stilnox, Imovane y derivados de Carfentanil" desde hace casi una década. Estas pastillas se habrían convertido en su recurso para conciliar el sueño y afrontar la presión y el estrés inherentes a su posición en la familia real. Sin embargo, con el paso del tiempo, se sugiere que la princesa monegasca habría abusado del consumo de estas pastillas, excediendo las cantidades recomendadas por los profesionales médicos.