Los secretos de la familia Grimaldi siguen saliendo a la luz, y esta vez las revelaciones giran en torno al polémico matrimonio de Carolina de Mónaco con Philippe Junot. Lo que en su momento fue presentado como un romance idílico, en realidad escondía una lucha interna dentro del Palacio. Según declaraciones de Christian de Massy, primo de Carolina, el príncipe Rainiero III y Grace Kelly despreciaban abiertamente a Junot y habrían hecho todo lo posible por evitar la boda.

Desde el principio, el romance entre Carolina y Philippe fue visto con escepticismo dentro de la familia real. Junot, un hombre con fama de seductor y un estilo de vida desinhibido, se ganó la antipatía de los monarcas. Su amigo y primo de Carolina, Christian de Massy, confirmó lo que era un secreto a voces: "Grace y Rainiero lo odiaban, pobrecito". Pero el amor de Carolina era ciego, y no le importó desafiar a sus padres con tal de seguir su corazón.

Una boda marcada por la tensión y el descontento real

La princesa, conocida por su espíritu rebelde, ya había rechazado a candidatos de la realeza, entre ellos, nada menos que el entonces príncipe Carlos de Inglaterra, a quien consideraba "aburrido". Sin embargo, las alarmas se encendieron cuando las cámaras captaron a la joven princesa en un yate, sin la parte superior del bikini, disfrutando del sol junto a Junot, unas imágenes que causaron un enorme escándalo mediático y dieron la vuelta al mundo. Los padres de Carolina intentaron frenar la relación, pero el daño ya estaba hecho: la opinión pública presionaba, y la princesa no estaba dispuesta a dar marcha atrás.

El 29 de junio de 1978, Carolina y Philippe Junot contrajeron matrimonio en una ceremonia que, a pesar del lujo, estuvo marcada por la incomodidad. Rainiero, con sus gafas oscuras y un gesto de resignación, no pudo evitar hacer comentarios que reflejaban su verdadera opinión. Según testigos, cuando Tessa de Baviera lo felicitó, él respondió: "No me felicites, mejor dame el pésame". La realeza monegasca intentó mantener las apariencias, pero la verdad era evidente: los Grimaldi no querían a Junot como parte de su familia. Y pronto, el tiempo les daría la razón.

Infidelidades y escándalos: el rápido derrumbe del matrimonio

Lo que comenzó como una historia de amor se convirtió rápidamente en un calvario para Carolina. Philippe Junot, fiel a su fama de conquistador, no tardó en protagonizar titulares por sus infidelidades. Mientras Carolina intentaba adaptarse a su papel de esposa, él se paseaba por Nueva York en compañía de otras mujeres. Las imágenes de Junot con Giannina Facio, su "secretaria", dejaron en evidencia que el compromiso matrimonial había sido solo una farsa.

Finalmente, tras dos años y 41 días de matrimonio, Carolina puso fin a la relación. El "cuento de hadas" había terminado en tragedia y la princesa tuvo que enfrentarse no solo a un divorcio público, sino también a la humillación de haber desafiado a su familia por un hombre que nunca estuvo a su altura. Aunque la separación legal se resolvió con rapidez, la nulidad eclesiástica se convirtió en un proceso largo y desgastante, puesto que Junot se negaba a conceder la anulación. No fue hasta 1992 que el Vaticano declaró nulo el matrimonio bajo el argumento de "insuficiencia del consentimiento" por parte de la princesa.