Juan Carlos I ha recibido numerosos regalos durante su reinado. La mayoría eran a cambio de importantes favores. Esto le salpicó y enturbió su imagen. Un intachable reinado que terminó por la puerta de atrás. En parte por culpa de Corinna Larsen que ayudó a destapar muchas de las tramas en las que estaba implicado.

El emérito ha recibido coches de lujo, relojes valorados en millones de euros, incluso exclusivas casas en zonas residenciales. Algunas solo son cedidas, como el famoso palacio Marivent donde veranean todos los meses de agosto. La mansión pertenece al gobierno balear, pero el ayuntamiento se la dejó para su disfrute con la condición de acudir todos los años y promocionar el turismo de la isla.

La piscina de La Mareta
La piscina de La Mareta

Hay otras propiedades más desconocidas. Mucho se habla en estos días de la boda del príncipe Hussein a la que Juan Carlos acudirá el próximo jueves 1 de junio en Ammán, Jordania. El emérito no puede faltar a esta celebración porque mantenía una estrecha relación con el rey Hussein. La relación entre ellos superó lo protocolario.

'La Mareta' la casa envenenada 

Aunque todavía no era rey cuando se casó con Sofía, los eméritos visitaron Jordania en su luna de miel para pasar unos días con ellos, recibían trato de Jefes de Estado. En 1989, el rey de los jordanos regaló al padre de Felipe VI una casa que mandó construir en Lanzarote, pero a la que tan solo estuvo en una ocasión. Se trata de La Mareta, un palacio que hoy forma parte de Patrimonio Nacional.

vista aérea de La Mareta
vista aérea de La Mareta

Aunque fue un regalo a título personal, Juan Carlos no podía aceptar regalos, una norma que a día de hoy se aplica también a Felipe VI. Durante años toda la familia disfrutó de aquella lujosa mansión en las islas canarias. Tanto las infantas Elena y Cristina, como Letizia, pero ahora está totalmente prohibido acceder a ella. Es Pedro Sánchez, actual presidente del gobierno, quien disfruta de este paraíso.

La llamada "casa de los líos" cuenta con varios bungalows donde se encuentran las estancias de la casa, amplios jardines, un helipuerto, dos piscinas de exterior, un lago central rodeado de vegetación, pista de baloncesto y de tenis.

Zarzuela prohibió acceder a la vivienda a toda la familia cuando a Juan Carlos le salpicaron turbios asuntos por fraude fiscal. Ese regalo estaba envenenado. Por ello pasó a formar parte del Patrimonio Nacional. Los reyes eligen otros destinos. De todos modos, el año 2000 es el último año que se reunieron todos juntos en aquella residencia.