Felipe y Letizia están desconsolados por la situación que vivieron en València el pasado domingo. Los reyes finalmente visitaron las zonas afectadas por la DANA y compartieron unas palabras con los afectados. Sin embargo, el ambiente estaba demasiado tenso y los monarcas recibieron abucheos y bolas de barro. Aunque según algunos no iban dirigidos a ellos sino a los dirigentes políticos. Tuvieron la mala idea de presentarse con Pedro Sánchez y Carlos Mazón. Los valencianos estaban muy enfadados porque las ayudas llegaron muy tarde. Si no fuese por el pueblo aún estarían inundados.
Los reyes tuvieron que cancelar la segunda visita debido al ambiente de crispación, pero realmente fue por el ataque de ansiedad que sufrió Letizia. Sintió impotencia por no poder ayudar y lloró al ver en primera persona la tragedia. Casa Real decidió cancelar toda su agenda institucional y preocuparse únicamente por solucionar esta problemática. Fuentes cercanas a Zarzuela asegura que volverán otra vez cuando todo esté más calmado, pero lo harán solos o junto a un ministro.
Felipe VI envió al Servicio de Seguridad de la Casa y la Guardia Real
La semana pasada, Felipe dio instrucciones al Servicio de Seguridad de la Casa y la Guardia Real para que pusieran todos los efectivos necesarios a disposición del Ministerio del Interior y del Ministerio de Defensa para colaborar en las zonas afectadas por la DANA, un contingente de 195 guardias reales se han incorporado de manera escalonada a las tareas de ayuda y apoyo a la sociedad valenciana.
En la Guardia Real, las cuatro secciones de maniobra que se han constituido trabajan en turnos de veinticuatro horas bajo el mando táctico de la UME, máxima responsable militar de la emergencia en la comunidad. Durante los cometidos que se les asignan en las diferentes poblaciones, la colaboración con el resto de componentes de las Fuerzas Armadas, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y organismos e instituciones civiles es máxima.
Es Felipe VI quien ha tomado todas estas decisiones. Letizia ha quedado totalmente apartada. Una vez más se demuestra que la reina ha perdido el poder frente al rey. Este desprestigio se vivió cuando Jaime del Burgo rompió su silencio y destapó una supuesta infidelidad de la monarca a su marido.
La tragedia que se ha vivido en València requiere de un poder fuerte, como el de Felipe VI.