El ambiente en la Casa Real española ha alcanzado un punto de tensión máxima en las últimas semanas a raíz de las fotos publicadas en las que aparece el rey emérito Juan Carlos I y la vedete Bárbara Rey en plan cariñoso. Sin embargo, aunque el protagonista es el pare de Felipe VI, lo cierto es que la reina Letizia también está en el centro del huracán.
Según un comunicado emitido recientemente por el gabinete de prensa de la Casa Real, Letizia se ausentará del próximo viaje oficial a Jordania, donde el rey Felipe VI será recibido por los Reyes Rania y Abdalá del Reino Hachemita. Aunque el motivo oficial dado es el conflicto bélico en Oriente Medio, el hecho de que Felipe sí viaje sugiere que hay otras razones de fondo que explican esta decisión.
Aumentan las tensiones entre la reina Letizia y el rey Felipe VI
Este no es el primer compromiso oficial del que Letizia se ausenta en los últimos meses, lo que ha alimentado los rumores de que la Casa Real está tomando medidas drásticas para apartarla del primer plano. Las tensiones en el núcleo de la familia real han ido en aumento, y la ausencia de la reina parece ser un castigo velado por las desavenencias y las imposiciones que ella misma ha hecho.
Uno de los puntos más conflictivos ha sido la reunión entre la princesa Leonor y el rey emérito Juan Carlos I, un encuentro que Letizia no aceptaba. La relación entre Letizia y Juan Carlos nunca ha sido fácil, y el regreso del rey emérito al entorno familiar ha sido otro motivo de discordia. Las recientes fotos de Juan Carlos y Bárbara Rey han vuelto a colocar a la monarquía en el punto de mira mediático. Letizia, preocupada por la imagen pública de la familia y por el futuro reinado de Leonor, ve en estas polémicas un riesgo para la estabilidad de la corona.
La reina Letizia, cada vez más apartada de la familia real
Además, se especula que las fotos con Bárbara Rey son solo "la punta del iceberg", y que podrían aparecer más documentos comprometidos sobre la vida personal del rey emérito, lo cual no haría más que agravar la situación. Este tipo de situaciones hace que Letizia se sienta cada vez más aislada, especialmente al recordar que ella misma fue duramente criticada por su relación con Jaime del Burgo en el pasado, un episodio que la colocó bajo el foco mediático. Ahora, sin embargo, la situación es aún peor porque involucra a toda la familia, incluida la reina emérita Sofía, que, según se rumorea, siempre supo más de lo que aparentaba sobre los escándalos de su esposo.
La mala relación de Letizia con las infantas Cristina y Elena también ha sido un tema recurrente. Las desavenencias entre las cuñadas son de sobra conocidas, pero la aparición de una fundación en Abu Dabi para gestionar la herencia de Juan Carlos I ha sido la gota que colmó el vaso. Letizia no ve con buenos ojos que Felipe permita la reintegración de su padre y la cercanía de sus hermanas, lo que ha intensificado la tensión en la familia. Letizia siente que todo lo que ha hecho para preservar la buena imagen de la monarquía y a sus hijas se está desmoronando, mientras Felipe VI no mueve un dedo por impedirlo.
En este contexto, la decisión de apartar a Letizia de ciertos compromisos oficiales parece una forma de castigarla por su actitud y sus opiniones en relación a los miembros más polémicos de la familia real.