Tras el matrimonio de Juan Carlos I y la reina Sofía, muchas han sido las 'amigas especiales' que han ido surgiendo. Testimonio a testimonio, la vida sentimental del emérito ha sido reconstruida en muchas de sus aventuras. La postura de la reina emérita, por otra parte, es ampliamente discutida. Por lo que se sabe, cerró la puerta ante estas deslealtades y tomó la decisión de tener aposentos privados y hacer oídos sordos a la palabra 'infidelidad'. No hizo falta que el padre de Felipe VI dijera nada de ninguna de sus amantes para evitar afectar a Casa Real, pues las pruebas existen y son contundentes. Como los tratamientos que ha estado pagando para mantener su virilidad.
Lo que Sofía de Grecia no pudo prever que sería imposible en el futuro esquivar las andanzas extramatrimoniales de su marido, que se hablara con desenvoltura de su falta de química en la cama. En cambio, Juan Carlos I decidió jugar la carta más frecuente (e ineficaz): la evasiva característica de Casa Real. Las historias alternas del rey emérito se han multiplicado con los años, al punto de decirse que ha estado con miles de mujeres.
Las 'amigas' más conocidas son Corinna Larsen, Marta Gayá y Bárbara Rey. Los nombres más señalados en las crónicas sociales, que podrían llegar a ser las mujeres más importantes de su vida. Aunque todavía hay ciertas incógnitas, no queda más la duda de que estos romances sí fueron reales y muy intensos.
Pese a las dificultades de movilidad y otros problemas de salud que enfrenta el exmonarca, hay que hacer mención aparte de su apariencia y su prevaleciente actitud de conquistador. Detrás de todo esto hay una preparación especial.
A lo que llegó Juan Carlos I, Casa Real ayudaría a financiar sus tratamientos
Ha llamado la atención el buen aspecto que tiene Juan Carlos I a pesar de estar bastante avanzado en la década de los 80. Pilar Eyre, consciente de que este hecho no puede ser cosa de la genética nada más, lo conversó con su médico estético. "Yo creo que se ha hecho un tratamiento de factores de crecimiento o plasma rico en plaquetas", decía la escritora.
El plasma rico en plaquetas es una bioestimulación que se ha popularizado en los últimos años por sus increíbles efectos para engrosar la capa de la piel que está más expuesta y, por ende, camuflar y mejorar las arrugas.
El que fuera el anterior jefe del Estado cuida su apariencia desde hace años. A principios del milenio, acudía a la clínica Planas de Barcelona para probar varios de los tratamientos. La frecuencia con la que visitaba la clínica lo obligó a tomar una decisión radical, como pagar un apartamento privado dentro de la institución para sus recuperaciones y evitar especulaciones. Un gasto que tenían que asumir desde Casa Real, pues se trataba de la presencia del rey. Pero esto no es lo más insólito.
En un vídeo de su canal de YouTube, Eyre confirmó que el royal estaba al tanto de que el paso de los años podría jugar en contra de su rendimiento con las féminas. Por ello, se sometía a terapias para solucionar estos 'problemas'. "Un tratamiento con testosterona para tener pujanza sexual y poder contentar a todas las mujeres que simultaneaba", explicó la periodista.
¿Sorpresa? Esto explica de sobra la inagotable afición de Juan Carlos I a la compañía femenina y el silencio de la Casa Real.