Durante muchos años en este país la figura de Juan Carlos I se convirtió en todo un referente para muchos, entre otras cosas porque desde la institución, con buen ojo teniendo en cuenta el carácter del rey emérito, se presentaba al rey como un rey “campechano”.
Sin embargo, más allá que fueron muchos los años en los que muchos callaron muchos secretos, hoy en día ya se sabe que la figura de el padre de Felipe VI no ha sido precisamente un ejemplo, sobre todo en lo que se refiere a su relación matrimonial.
Y es que no es que sea ningún secreto que la relación de Juan Carlos I con su aún mujer, la Reina Sofía, fue desde el primer momento una relación ficticia, con la única intención de favorecer los intereses de las dos monarquías. Es más, como han apuntado ya en varias ocasiones muchos de los expertos de la casa real, hace ya muchos años que, por mucho que en público intentan mostrar alguna muestra de cariño, su relación es inexistente.
“La indiferencia más absoluta. Esa sonrisa que exhibe en las fotos junto a él se apaga cuando se quedan solos y se va cada uno por su lado”, apuntó Pilar Eyre hace ya un tiempo acerca de Sofía y Juan Carlos.
La reina Sofía tiene a Isabel Preysler en su lista negra
Pero por mucho que hoy en día sea una relación inexistente, durante mucho tiempo la Reina Sofía se sintió muy dolida y muy humillada con las actitudes de su marido, viendo que el entonces monarca no tenía ningún tipo de problema y de reparo a la hora de ir acumulando amantes y, sobre todo, tampoco teniendo precisamente mucho reparo a la hora de encontrarse con ellas.
Es más, parece ser que hubo un momento en el que la Reina Sofía estuvo tan harta del comportamiento de su marido que decidió irse a la India con sus hijos, donde estaba exiliada su madre Federica, con la intención de divorciarse, un plan que se canceló teniendo en cuenta que la madre de Sofía le dejó muy claro que lo primero era la institución, y que por el bien de la corona y de sus hijos debía soportar estas actitudes de su marido.
Pero que Sofía haya aguantado durante mucho tiempo muchas humillaciones no significa que haya optado por hacer la vista gorda. Es más, parece ser que fueron muchos los años en los que nombres como los de Isabel Preysler estuvieron en su lista negra, intentando hacerles la vida imposible,entre otras cosas porque la emérita consideraba que eran mujeres peligrosas en este sentido y que podían acabar teniendo una relación con su marido.