Los reyes FelipeVI y Letizia se hartaron de las fechorías, cacerías, infidelidades y corruptelas de Juan Carlos I salieran a la luz y le obligaron a exiliarse en Abu Dabi. Allí tiene su residencia desde agosto de 2020. Y aunque se ha hablado en numerosas ocasiones de regresar a su país, permanecer en los Emiratos Árabes es un castigo que ha sido muy beneficioso para él y para su cartera. Porque ahora el rey emérito vive al margen de la ley, entrando y saliendo de España cuando le da la gana, viviendo a caballo entre Abu Dabi, España y Ginebra, y haciendo lo que más le gusta: evadir impuestos.
Juan Carlos I solo tiene una exigencia que viene desde la Casa Real: discreción cuando pise territorio español. Felipe y los altos cargos de la monarquía no quieren que sus visitas a España se conviertan en otro show mediático como lo fue su primera visita. Unas instrucciones que Juan Carlos I sigue a rajatabla. Por la cuenta que le trae. Le interesa mantenerse en un segundo plano si quiere mantener la situación actual de la que disfruta. Es decir, pasando pequeñas temporadas en España sin tener que hacer lo que menos le gusta: dar cuentas al fisco.
Carta blanca a Juan Carlos I para que siga haciendo lo que le dé la gana
Según han afirmado algunas publicaciones, Juan Carlos I tiene una fortuna que asciende a unos 1.800 millones de euros. Un dinero que, por cierto, se repartirán en herencia las infantas Cristina y Elena, después de que Felipe VI haya renunciado a ella, y que no deja de aumentar a medida que el emérito mantiene activos sus negocios.
Estos incrementos que conocen en Zarzuela, así como su fortuna oculta, y que el ex monarca tendría que declarar a Hacienda si viviera más de la mitad de cada año en España. Mientras no sobrepase ese tiempo, podrá seguir entrando y saliendo de España sin problemas y sin contribuir a las arcas públicas de la que considera su patria, y con Zarzuela haciendo la vista gorda y permitiendo que siga sin pagar ni un solo impuesto.
De hecho, que Juan Carlos declare en España, removería algunos asunto turbios que salpicarían a Felipe VI y a la institución monárquica. Y por eso en Zarzuela prefieren evitar tocar el tema económico.