La familia real española atraviesa momentos de gran preocupación debido al deterioro de la salud de Irene de Grecia, hermana de la reina emérita Sofía. A sus más de 80 años, Irene, cariñosamente conocida como "la tía Pecu", enfrenta un pronóstico grave, que ha movilizado a la Casa Real para garantizar que reciba atención médica constante. Esta situación refleja la fragilidad que, inevitablemente, llega con el paso de los años, especialmente entre los miembros más mayores de la familia.
Aunque Irene de Grecia ha sido una figura discreta dentro de la realeza, su vínculo estrecho con Sofía la ha mantenido en el círculo cercano de la familia. La relación entre ambas hermanas siempre ha sido muy especial, y ahora, la reina emérita vive con gran angustia los estragos de una enfermedad que está apagando lentamente a Irene. Este panorama contrasta con los momentos de felicidad que ambas habían compartido durante décadas, ahora eclipsados por la realidad de una condición que avanza sin pausa.
La enfermedad de Irene de Grecia avanza sin pausa
En los últimos meses, el estado de Irene ha empeorado notablemente, afectando tanto su movilidad como su salud mental. Su diagnóstico de Alzhéimer, recibido hace poco más de un año, ha comenzado a mostrar sus devastadores efectos. Este deterioro se evidenció de manera impactante durante la boda de su sobrina, la princesa Teodora, celebrada en Atenas. Allí, la presencia de Irene en silla de ruedas y su aspecto frágil conmocionaron a los asistentes, marcando un antes y un después en la percepción pública sobre su estado.
La Casa Real ha reaccionado, estableciendo un equipo médico de urgencia que permanece alerta las 24 horas del día en el Palacio de la Zarzuela, donde Irene reside actualmente bajo protección constante. Esta medida, solicitada directamente por el rey Felipe VI y las infantas Cristina y Elena, busca garantizar que se puedan atender de inmediato cualquier complicación que pueda surgir en su delicado estado de salud.
Preocupación y alerta máxima en la casa real con la tía Pecu
En Zarzuela, Irene cuenta con el apoyo constante de un equipo de enfermeras especializadas, además de visitas frecuentes de ambulancias, lo que evidencia la gravedad de su situación. Sin embargo, más allá del protocolo médico, la familia se enfrenta al reto emocional de ver cómo la enfermedad transforma a una persona querida, con quien comparten recuerdos y vínculos imborrables.
El deterioro de Irene ha afectado incluso los momentos más significativos de la familia real, como el reciente cumpleaños de la princesa Leonor. Aunque las celebraciones suelen ser motivo de alegría, el trasfondo de la enfermedad de Irene ha añadido un aire de melancolía, reflejando el peso emocional que enfrenta la Casa Real en estos días. A medida que el tiempo avanza, la Casa Real se prepara para afrontar las consecuencias de este difícil episodio.