En el último año, Juan Carlos I ha realizado varias visitas a España, que inicialmente causaron controversia y generaron atención mediática. Sin embargo, con el tiempo, estas visitas han perdido relevancia, y Felipe VI ha logrado que las apariciones del emérito se perciban como eventos normales sin crear disputas o conflictos.
En este proceso, Juan Carlos ha visto cómo las restricciones sobre sus viajes se han ido flexibilizando poco a poco. Se le empezó a permitir llegar a Madrid bajo autorización previa, y por razones de peso. De hecho, ha pasado largas temporadas en la capital, alojado en un palacete a solo 4 km de Zarzuela, aunque con la condición de no pasar por Zarzuela, lo que marca una diferencia en las dinámicas familiares y en el control de su presencia.
Juan Carlos I pacta su regreso definitivo a España bajo dos condiciones
Un panorama que acerca el regreso definitivo del emérito a España. Al menos de forma oficial. Aunque este retorno solo se materializaría bajo dos condiciones fundamentales que el rey emérito ha pactado con su hijo y con la Casa Real. Estas condiciones buscan asegurar que su regreso no genere tensiones adicionales y que se cumpla dentro de los límites establecidos por la familia real. En definitiva, que esté bien justificada.
La primera condición de este acuerdo establece que Juan Carlos I podría regresar de manera indefinida en caso de que necesite una operación de vida o muerte. En ese escenario, se le permitiría estar en España sin un límite de tiempo, para recibir el tratamiento necesario y completar su recuperación. La segunda condición estipula que, si el rey emérito sufre una enfermedad terminal, se le permitiría pasar sus últimos días en territorio español, evitando que su fallecimiento ocurra en Abu Dabi, lo que, además de ser un escándalo, complicaría los trámites logísticos y ceremoniales que la Corona tendría que enfrentar.
Las infantas Elena y Cristina, claves en la negociación
Cabe decir que, en este acuerdo histórico, ha tenido mucho peso la fuerte presión de las hijas de Juan Carlos, Elena y Cristina. La infanta Elena, de hecho, ha adaptado su vivienda en Madrid para acogerlo en caso de que el emérito decida regresar a vivir allí. Ambas consideran que sería una deshonra para la Corona que Juan Carlos fallezca fuera del país.