Estos últimos años no han sido nada fáciles para Felipe VI, quien ha tenido que enfrentar una polémica tras otra. Sin ir más lejos, las revelaciones con respecto a las aventuras del emérito siguen apareciendo, a pesar de los años. Así como la partida de sus hijas, la princesa en su formación castrense en Marín y la infanta en el internado de Inglaterra. Pero esto no es lo peor, lo más angustiante actualmente tiene que ver con el deterioro de una vida y el daño que le está ocasionando al rey de España. Casa Real, pese a todo, intenta imprimir un poco de normalidad en su día a día.
La monarquía recuperó algunos ‘puntos’ con la participación de Leonor en los últimos eventos y su reclutamiento en las academias militares. Su figura viene a ser un soplo de aire fresco en una institución que perdió mucha credibilidad dadas las acciones de su antecesor y los demás escándalos familiares. Sin embargo, todavía faltan algunos años antes de que la princesa llegue a tener un papel más activo. Hoy en día, todo el peso recae en Felipe VI y en Letizia. Cada paso que dan tiene la intención de sanear la monarquía para cuando llegue el momento de su primogénita.
Con todo y eso, el monarca está viviendo una etapa complicada. Aunado a todas las preocupaciones que tiene respecto a la institución, está desconsolado por el estado de Irene de Grecia, su tía, y la reina Sofía.
Felipe VI vive un tormento, sobrepasado por la situación de su madre y su tía
La vida de la reina Sofía ha estado marcada por su compromiso con la familia, la cultura y la sociedad. Su hijo no quiere que siga en activo, ya es momento de jubilarse y dedicarse al autocuidado. En sus últimas apariciones, aunque muestra toda la disposición, se aprecia que tiene problemas de movilidad y que le cuesta seguir el ritmo. Inclusive, hay largos períodos de tiempo en los que está en silencio. Este tipo de sucesos son parte de la experiencia humana y nos recuerdan la fragilidad de la vida.
Sofía es un pilar fundamental en la Casa Real. Su dedicación a causas sociales y su papel como figura pública son admirados tanto en España como en el extranjero. Eso sí, detrás de la imagen de la monarquía se encuentran momentos de vulnerabilidad y dolor. Pero su edad avanzada y la cantidad de responsabilidades no parecen ser la mejor manera de afrontar la última noticia de un problema médico sin tratamiento que conmocionó a la familia real y a los ciudadanos,
El dilema que enfrenta no es solo personal, sino que también tiene que ver con su hermana, Irene de Grecia. Conocida popularmente como la tía Pecu, padece el mal del olvido y esta enfermedad avanza a tal punto que requiere muchos cuidados. Las hermanas son muy unidas, por lo que la mujer de Juan Carlos I tiene que velar por el bienestar de ella y ayudarla en lo que pueda.
En este contexto, Felipe VI está en una encrucijada emocional. Es desgastante no poder hacer nada, ver cómo la salud de dos seres queridos es cada vez más delicada. Casa Real intenta desesperadamente que el monarca no decaiga, debe mostrar fuerza y dignidad en estos tiempos de incertidumbre.