Letizia cerraba su mejor año hasta que llegó Jaime del Burgo. El abogado ha hecho temblar los cimientos de la corona, pero por ahora solo los del matrimonio formado por Felipe y Letizia. Los reyes están muy preocupados por lo que pueda contar, ya que el ex de Telma Ortiz no se calla a pesar de las amenazas, los chantajes y las represalias. A día de hoy no ha aceptado ninguna oferta millonaria, ni por parte de Casa Real ni de medios de comunicación. Pero cada vez están más claras sus intenciones. La reina solo es un daño colateral, realmente quiere eliminar a los Borbón de la institución.
Jaime del Burgo se ha declarado monárquico, pero no Borbón. Ha tenido el placer de conocer a los últimos miembros de la saga muy de cerca y se confirman sus peores sospechas. Según él, desde Felipe V han sido todos “unos dictadores”. Los califica de “locos, incapaces, endogámicos, ladrones, déspotas,, puteros, ninfómanas, cobardes, sanguijuelas, golfos, egoístas, indignos…”, y cree que por culpa de ellos el país se encuentra en la pobreza. Con su verdad quiere acabar con ellos, se han elegido a dedo y es hora de exiliarlos. Su intención es que Leonor no llegue a heredar el trono.
Letizia quería dar su verdad sobre las declaraciones de Jaime del Burgo
El abogado prepara un libro donde contará toda la verdad, por lo menos la suya. Y para ello empezará en el inicio de todo, su historia de amor con Letizia, la gran damnificada. Jaime del Burgo destapó su relación extramatrimonial con la madre de Leonor y Sofía. Según él, la reina habría sido infiel a Felipe con él durante varios años. La imagen de la monarca, siempre intachable, ha quedado totalmente dañada. Lo mismo ha sucedido con la del rey, aunque en su caso ha quedado humillado y ridiculizado.
Todos creían que el fin del matrimonio de Felipe y Letizia y su gran discusión en 2013 recaía en las fechorías de Juan Carlos o en el caso Nóos, entre otros turbios asuntos, pero realmente se trataba de verdaderos problemas en la relación, como una infidelidad.
Letizia, harta de la presión mediática y de todo lo que se está diciendo y especulando sobre ella, ha querido romper su silencio y dar su versión de los hechos. Fuentes cercanas a la monarca aseguran que quería pedir perdón, como hizo Juan Carlos con sus fechorías. Sin embargo, Casa Real no ha visto apropiado ese movimiento y han preferido que se mantenga en silencio. Sin confirmar ni desmentir esas declaraciones.