Leonor ha empezado una nueva etapa en su vida. El pasado sábado 11 de enero se embarcó en el conocido buque escuela Juan Sebastián Elcano, el mismo barco por el que pasaron Felipe VI y Juan Carlos I. Forma parte de su formación militar. Estará seis meses surcando los mares, visitará un total de ocho países. Si su agenda institucional no la requiere, la princesa no volverá a Zarzuela hasta finales de junio.

La princesa convivirá con otros 75 compañeros, dormirá en un camarote con tres compañeras más. Como ha podido saber ‘Vanitatis’, entre toda la tripulación hay dos cocineros que cuentan con la ayuda de auxiliares y los menús están supervisados por un nutricionista. Esto sería una orden de Letizia. En la Academia General Militar de Zaragoza no atendieron a sus plegarias, pero en el buque escuela le han hecho caso, por lo menos para Leonor, que deberá seguir una dieta estricta para cuidar su forma física. “Se come muy bien y en abundancia. Y no hay diferencia. Toda la tripulación tiene el mismo menú”, aseguran militares que pasaron por la misma experiencia por la que ahora pasa la princesa Leonor.

Leonor en la escuela naval de Marin

Así es el menú de los tripulantes del buque escuela 

El desayuno se sirve entre las siete y siete y media de la mañana. Hay cafés, batidos, tostadas y zumo de naranja. Como curiosidad, disponen de tortas de aceite Inés Rosales. Hay algunos alimentos como la fruta que varían según el puerto de arranque. A media mañana, un bocadillo, y siempre hay fruta disponible. En la merienda, algo dulce.

La estrella del menú es un bocadillo de bacon con queso que los alumnos hacen cola para calentar en un pequeño hornillo. Los domingos es el día más dulce, con churros con chocolate y torrijas. Tampoco falta el jamón, antes de zarpar la marca Enrique Tomás regaló un sobre por cada persona que viaja en el buque escuela, 250. Lo que más gusta a las personas que han pasado por la embarcación es el jamón y la paella. Las comidas están compuestas por un entrante, un plato principal y un postre.

En este buque escuela no hay tiempo para el aburrimiento. Según informan algunos tripulantes que ya vivieron esta experiencia, todos los sábados hay conciertos a cargo de una banda de música, cine y un informativo particular que preparan entre los tripulantes, participan todos, desde el capitán al marinero.

Juan Sebastián Elcano / EFE