Juan Carlos I, quien alguna vez fue el monarca de España, enfrenta ahora un aislamiento impuesto por la Casa Real. A sus 86 años, su deseo de regresar a una vida normal en su hogar se ha convertido en un sueño imposible. Debido a las polémicas y fechorías que han empañado su reinado, la institución monárquica se ha visto obligada a desvincularse totalmente de él para recuperar la confianza de los ciudadanos.
El antiguo rey reside actualmente en los Emiratos Árabes Unidos, a miles de kilómetros de España. A pesar de sus deseos, su retorno no está siendo considerado por su hijo, Felipe VI, quien ha decidido que el emérito permanezca lejos del foco mediático. Esta distancia no solo lo mantiene alejado del escrutinio público, sino que también se traduce en una vida cómoda y bien recompensada en términos de patrimonio.
Se mantiene el cordón sanitario con Juan Carlos I en la familia real
Recientemente, Casa Real ha tomado una medida adicional al imponerle la prohibición de utilizar su avión privado durante dos meses. Este mandato subraya la determinación de la institución de mantener al emérito fuera del país y lejos de cualquier evento que pudiera generar controversia. La posibilidad de que Juan Carlos I muriera solo en el extranjero fue considerada, pero se decidió que no debía regresar a Zarzuela ni a Madrid.
En una muestra de las estrictas restricciones a las que está sometido, durante el cumpleaños de Leonor, Juan Carlos I tuvo que tomar un avión privado a medianoche para dormir en Londres. Además, se exploró la posibilidad de ubicarlo en Sanxenxo, cerca de su amigo íntimo Pedro Campos, pero este plan también fracasó. Incluso se le ha prohibido regresar a Palma de Mallorca, donde Marivent y el club náutico lo han declarado persona “non grata”.
Juan Carlos I tiene ordenes de no volver a España hasta septiembre
Durante sus viajes, el antiguo rey siempre está acompañado por el cabo primero Cabello y el teniente coronel Vicente García-Mochales, más conocido como ‘Mochi’. Estos acompañantes, que reciben una suma mensual considerable por sus servicios, aseguran que Juan Carlos I se sienta seguro en todo momento.
Uno de sus destinos favoritos es las islas Seychelles, a las que ha bautizado como su “nueva Mallorca”. Lejos del foco mediático, se aloja en una lujosa mansión con piscina privada y acceso al mar, y disfruta de todas las comodidades, incluyendo un avión privado y una embarcación. Sin embargo, esta vida de lujo no puede compensar la ausencia de su familia y la restricción de su libertad.
Meintras tanto, en Zarzuela, se ha decidido que Juan Carlos I no podrá regresar a España hasta septiembre. No quieren que su presencia llene los titulares durante el verano, evitando así cualquier controversia adicional. Esta situación marca un final amargo para el antiguo rey, quien, a pesar de sus privilegios, vive ahora alejado de su tierra natal y de su familia, sometido a las decisiones de una Casa Real decidida a proteger su imagen a toda costa.