Felipe y Letizia han optado por mantener su matrimonio, pero no por razones sentimentales, sino para preservar la estabilidad de la institución monárquica. Un divorcio, aunque posible, sería mal visto y podría afectar la imagen de la Corona. Sin embargo, esta opción ya fue considerada en 2013, cuando atravesaron una crisis profunda. Incluso, se dice que no descartan una separación definitiva en el futuro, especialmente cuando la infanta Sofía alcance la mayoría de edad en abril de 2025.

Felipe VI y Letizia cenando en un restaurante

A pesar de su convivencia pública, la relación entre los reyes está completamente fracturada. Han intentado en el pasado encontrar soluciones, pero las heridas son demasiado profundas, y el rey Felipe no ha conseguido perdonar a su esposa. Su decepción es grande, ya que siempre estuvo profundamente enamorado de Letizia, pero la mentira ha sido un golpe insalvable. Para él, la falta de sinceridad representa una traición a la confianza, algo que no puede tolerar. Durante mucho tiempo se pensó que los problemas matrimoniales de la pareja estaban relacionados con las dificultades de la monarquía, especialmente en los años en que el rey emérito Juan Carlos I se vio envuelto en diversos escándalos, como el caso Nóos. Sin embargo, recientes declaraciones del abogado Jaime del Burgo han revelado una realidad completamente distinta: el verdadero motivo de la crisis entre Felipe y Letizia sería una infidelidad prolongada de la reina, y él mismo habría sido la tercera persona en esta historia.

Letizia pasa los fines de semana en París, sola o acompañada, pero sin Felipe VI 

Desde que este secreto salió a la luz, la pareja ha dejado de ocultar su distanciamiento. Han renunciado a seguir fingiendo una imagen de unidad, sobre todo ahora que sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, ya no residen en el Palacio de la Zarzuela. En los últimos meses, el monarca ha llevado una vida separada de la reina, compartiendo su tiempo con viejos amigos e incluso dejándose ver en compañía de algunas mujeres cuando no tenía compromisos oficiales. Ha aprovechado los fines de semana para desconectarse de su realidad personal. Por su parte, Letizia tampoco permanece en Zarzuela durante los fines de semana. Se rumorea que, en estos momentos difíciles, se ha refugiado en un círculo cercano de amigas, pero también ha encontrado consuelo en alguien más. Se habla de un hombre atractivo, exitoso y con una considerable fortuna, lo que ha despertado especulaciones sobre la verdadera relación.

Aunque Felipe está al tanto de la nueva compañía de Letizia, ya no le afecta, pues ambos han asumido que su matrimonio es irrecuperable. Han decidido seguir caminos separados, al igual que en su momento lo hicieron Juan Carlos y Sofía, aunque sin hacer pública su ruptura. Para evitar el escrutinio mediático, la reina viaja fuera de España cada fin de semana, en particular a Portugal, donde un amigo cercano de la pareja le facilita una residencia privada, y en París, donde Casa Real habría alquilado una vivienda para la monarca con total discreción. Allí, Letizia se encuentra con su misterioso acompañante y regresa a Madrid los domingos por la noche. Su actitud cambia visiblemente los lunes, reflejando la ilusión de haber pasado tiempo con esa persona especial. Entre ellos parece haber una gran complicidad, aunque todo se mantiene en la más estricta discreción.

Letizia y Felipe VI