El funeral de Juan Gómez-Acebo, celebrado este domingo 8 de septiembre en Madrid, fue un evento marcado por la tensión y el malestar debido a la controvertida actitud de la reina Letizia. La ceremonia, que reunió a numerosas personalidades de la familia real y la alta sociedad española, se dividió en dos partes: un acto más íntimo por la mañana en la Iglesia de San Isidro y otro por la tarde en la Catedral de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, la ausencia de Letizia en la ceremonia matutina y su actitud distante en la vespertina han generado una verdadera tormenta en Casa Real.
Inicialmente, el funeral estaba programado para el 15 de agosto, pero se pospuso para que los miembros de la familia y amigos que estaban de vacaciones pudieran asistir. Este detalle hacía aún más significativa la ceremonia de la mañana, que, sin embargo, fue desairada por Letizia.
La reina Letizia da rienda suelta a su furia en el funeral de Juan Gómez-Acebo
A la ceremonia matinal asistieron importantes figuras de la monarquía española, incluidos los reyes eméritos Juan Carlos I y Sofía, así como la infanta Cristina y sus hijos Pablo, Miguel e Irene Urdangarin. También estuvieron presentes Froilán y Victoria Federica, nietos de los eméritos. Sin embargo, la atención estaba puesta en la esperada llegada del rey Felipe VI y Letizia. La reina optó por no asistir al acto de la mañana, considerado el más importante y solemne del día, lo que fue visto como un desplante deliberado.
Esta decisión no fue una simple ausencia. Se interpreta como un reflejo del distanciamiento cada vez más evidente entre Letizia y el resto de la familia real. Al no asistir a los actos más íntimos, la consorte parece reafirmar su postura de sentirse apartada dentro de la monarquía. Este malestar, que viene desde hace tiempo, se acentuó con la polémica fotografía del llamado “pacto de Zarzuela”, tomada días antes del funeral, en la que se vio a Felipe VI junto a sus hermanas, Elena y Cristina, y a la reina Sofía, en lo que fue interpretado como una muestra de unidad familiar al margen de Letizia, quien en ese momento se encontraba representando a España en los Juegos Paralímpicos. La reina consideró esta imagen como una humillación, lo que agudizó el malestar.
Casa Real pide disculpas por el comportamiento cuestionable de la reina Letizia
La tarde del funeral tampoco trajo paz. Aunque Letizia decidió asistir al servicio vespertino en la Catedral de las Fuerzas Armadas, lo hizo con un rostro serio y una actitud claramente distante. Su descontento era evidente, y su falta de interacción con los presentes no pasó desapercibida. Los gestos desagradables y la frialdad que mostró durante todo el acto causaron incomodidad entre los asistentes.
Como resultado de esta actitud, Casa Real se vio obligada a intervenir. Según diversas fuentes, se ha emitido una disculpa privada a la familia Gómez-Acebo por el comportamiento de la reina, tanto por su ausencia en el evento matutino como por su actitud distante durante la tarde. Este gesto de reconciliación busca calmar las aguas tras un funeral que, en lugar de unir, ha puesto de manifiesto las fricciones internas dentro de la familia real.