Estamos en pleno debate sobre la libertad de expresión. Vivimos unos días donde se han retirado libros, obras o canciones. El Tribunal de Estrasburgo condena a España por la sentencia a dos jóvenes que quemaron fotografías del monarca. En Banyoles queman más fotografías para celebrarlo. Tiempos difíciles para hacer, decir u opinar lo que se quiera. Sobretodo de la Casa Real. Con la Iglesia hemos topado. O mejor dicho, con la monarquía hemos topado.
EFE
Muchos se piensan, ellos los primeros, que los Borbones son como aquel plato de verduras que nos hacía comer la mama sí o sí. O lo tomas o lo tomas. Y sin decir ni pío. Traducido: hay que comerse la monarquía sin decir que no te gustan las acelgas. Pero eso no hace que nos sorprendamos cada vez que conocemos alguna praxis "peculiar" de la Casa Real. Sobre todo, relacionada con lo que se dice o se deja de decir de ella.
Roberto Lázaro
Ha sido la cronista azul por excelencia, Pilar Eyre, quien ha vuelto a dar en el clavo, o en el Toisón de Oro, al hacernos sabedores en Lecturas de un hecho que a pesar del paso de los años, no deja de sorprender. La periodista explica que ha estado charlando con Ximo Rovira, mítico presentador de un programa que pasó a la historia para ser el embrión de muchos de los programas del corazón que conocemos hoy, Tómbola.
Canal 9
Tómbola era una mezcla bizarra de luz y de color que se emitía por el Canal 9 valenciano a finales de los 90. Una especie de chismorreo de patio interior con una fauna como Jesús Mariñas, Karmele Marchante, Pocholo Martínez Bordiú, Jimmy Giménez Arnau o Lydia Lozano. Lo mejor de cada casa. El epítome de la telebasura. Los de Sálvame eran unos pardillos a su lado. No dejaban títere cono cabeza. Hablaban del muerto y de quien lo vela... Menos de la monarquía...
TVE
Rovira le ha explicado a Eyre que de vez en cuando, recibían en el programa una llamada de Sabino Fernández Campo, ex secretario general y hombre fuerte de la Casa Real. ¿Qué les decía? "Aquí en la Casa se ve el programa"... Ocho simples palabras que contenían dentro de sí mucho más que un halago. Era una recomendación. Aquella frase quería decir que nada de tocar a la monarquía. Era como la escena de la cabeza de caballo en la cama de un productor de cine en la película El padrino. Pero más sutil. Los de Tómbola captaban la indirecta y no decían nada de la Casa Real. ¿Qué recibían a cambio? Ser invitados todos los años, y todo el equipo entero del programa, a celebrar al santo de su majestad el rey Juan Carlos.
EFE
La conveniencia o no del Tómbola en la parrilla televisiva llegó a la Zarzuela, como antes había llegado al ámbito político: un parlamentario de Izquierda Unida, Fernando Martín, llegó a decir: "Hay vileza y bajeza moral, se produce violencia verbal y física, se bebe alcohol y los invitados se emborrachan delante de las cámaras". Mariano Rajoy, entonces ministro de Educación y Cultura, por su parte, dijo que no era contrario a su emisión.
Telecinco
Pero Tómbola acabó en el 2004. ¿Su relevo? Sólo hay que poner Telecinco por la tarde. El 11 de octubre se celebra el santo del rey Felipe. Estaremos pendientes de si vemos en la fiesta a Kiko Hernández o a Belén Esteban.